El rey del castillo, Victoria Holt
Editorial: Punto de Lectura, Punto Romántico / Mayo 2009 ISBN: 9788466317948 Papel: Descatalogado Páginas: 480
Género: Histórico
Serie: sin serie
El apuesto y solitario conde De la Talle espera en su castillo al
restaurador de unas pinturas, pero quien llega es una mujer, la hermosa
Dallas Lawson. La sorpresa inicial de los habitantes de la mansión será
sustituida paulatinamente por el respeto que Dallas se gana con su
trabajo. Sin embargo, poco a poco la protagonista va dejando a un lado
el proceso de restauración para indagar en los secretos que encierran
las murallas del castillo. Así, al mismo tiempo que resuelve un
insondable misterio, Dallas descubrirá el amor, aunque tendrá que elegir
entre dos hombres...
Aunque sé que la Holt no tiene buena
fama entre muchas de las lectoras de hoy día, permitidme hacer una
crítica de uno de sus libros, al menos para que conste en acta (creo que
hasta el momento no hay ninguna crítica sobre un libro suyo).
Publicado
por primera vez en 1967, El rey del castillo no es probablemente una de
las novelas más conocidas de Victoria Holt, si bien tiene las
características propias de sus mejoras obras: personaje femenino de gran
carácter, muy independiente, que llega por algún motivo a un lugar
nuevo, frecuentemente un castillo o residencia señorial, donde todos sus
habitantes viven bajo la sombra de un secreto del pasado. La
protagonista se encontrará con un misterio sin resolver, frecuentemente
la muerte de la esposa del señor del lugar.
En El rey del
castillo, la protagonista es una joven inglesa de 28 años, Dallas
Lawson, restauradora de pinturas, que llega al castillo de Gaillard, en
Francia, para llevar a cabo un encargo que debería haber realizado su
padre, ahora fallecido. Una vez es aceptada para continuar el trabajo,
trabará amistad con la hija del conde e irá conociendo la historia del
castillo y todos los sucesos en él acaecidos, intentando averiguar qué
pasó realmente allí.
El argumento, por tanto, no es especialmente
novedoso y dudo que en ningún momento pretenda serlo. Sin embargo, lo
que podría ser tan sólo una historia de amor entre el señor del castillo
y una joven extranjera, con el misterio de la muerte de la primera
esposa de por medio, se vuelve algo más complicada. Holt, desde el
inicio del libro, va dejando caer diferentes misterios a resolver: el
paradero de unas esmeraldas, importante joya de la familia, la identidad
de la mujer de un retrato que Dallas está restaurando, las
circunstancias de la muerte de la esposa del conde, a quien se acusa de
su asesinato, el extraño y fanático padre de la fallecida condesa, un
intento de asesinato… Además, aparecen numerosos secundarios, de gran
importancia para la trama, ya que se llegarán a formar hasta dos
triángulos amorosos.
Todos estos elementos hacen que el libro
tenga un mayor atractivo y la trama se enriquezca. Sin embargo, creo que
están muy desaprovechados, porque el defecto fundamental del libro es
su ritmo lento: durante páginas y páginas no ocurre nada trascendente en
relación con esos misterios, tan sólo descripción de costumbres
francesas y paseos a caballo. Dallas hace un nuevo descubrimiento cada
50 páginas, de modo que el lector ya ha olvidado qué había descubierto
anteriormente. Tal vez la Holt pretende dar más realismo a la trama y
por ello distribuye esos descubrimientos cada cierto tiempo, pero es
precisamente esto lo que hace que el libro decaiga por momentos y den
ganas de saltarse páginas para ver qué ocurre a continuación.
En
cuanto a la historia de amor, siempre contada desde la perspectiva de
Dallas, no se desarrolla plenamente hasta el último tercio del libro. La
protagonista siempre se siente vagamente atraída, fascinada por el
conde, pero entre ellos apenas hay unas pocas conversaciones.
En
resumen, las principales virtudes del libro son la ambientación ( se ve
todo un proceso de documentación tanto en la historia y costumbres de
Francia como en su arte y los procesos de restauración de pinturas), la
caracterización de Dallas, sin duda alguna el personaje mejor perfilado
del libro y el aire gótico que muchas veces impregna las descripciones
de lugares, escenas y personajes. El mayor defecto, el ritmo lento; la
Holt no ha sabido distribuir bien la tensión e intriga a lo largo de la
novela. A esto se le unen unos capítulos larguísimos y subtramas que
pueden desesperar a quien busque una novela gótica plagada de misterios
por resolver. Además, la historia amorosa tiene una importancia
secundaria, desarrollándose más ampliamente la trama de misterio.
Recomendaría
este libro a cualquiera seguidor de Victoria Holt o de la novela gótica
clásica en general y de las Brönte en particular; no en vano las
similitudes con Jane Eyre son bastantes. También muy recomendable a
quien quiera iniciarse en la lectura en inglés y le guste esta autora;
el nivel es muy accesible.
Puntuación: 7,5