-¿Sabías del principio que iba a ser una serie?
Sí, totalmente. Nació como
trilogía -Bombón, Primer amor y Amigos del alma, en este
orden- y de hecho, estaban todas escritas antes de que publicara la primera. En
2014, y a pedido de las lectoras, añadí la precuela, Volveré a ti, que
muestra a los futuros protagonistas cuando se conocen, en la adolescencia, y Simplemente
perfecto, su punto final, que recupera a los protagonistas de la última
entrega (Jason y Gillian) en un momento súper especial de su vida. Era algo que
se me había quedado en el tintero y me apetecía contar. El orden de lectura es el siguiente:
-¿Cómo te inspiraste en esta serie?
Llevaba años queriendo escribir una novela sobre almas gemelas,
dándole forma poco a poco en mi interior, pero no daba con el entorno idóneo.
Lo que quería contar era más que la historia de amor de dos personas totalmente
afines, quería que las lectoras conocieran su mundo, sus amigos, su familia...
Tardé muchos años en encontrarlo. Ese entorno es el que muestro en la serie
Sintonías.
La serie está ambientada entre 2005 y 2009, en un rancho de
Arkansas, en el sur de Estados Unidos, propiedad de John y Eileen Brady. Esta
pareja es tan conocida por dirigir la explotación agrícola ganadera más
importante de la región, como por su generosidad, ya que desde su casamiento se
han dedicado al acogimiento de niños. El matrimonio tiene tres hijos biológicos
que crecieron acostumbrados a compartir su vida con otros niños de distintas
edades y razas. Entre esos niños hubo una niña que llegó al rancho con 13 años,
se prendó de los Brady y con el tiempo acabó convertida en una Brady: Gillian
McNeil. Son las historias de amor de los hijos del matrimonio: Mark, Jason y
Mandy y de la que fuera niña de acogida, Gillian, lo que narra la serie
Sintonías.
-¿Por qué elegiste Arkansas para esta serie?
En las novelas es bastante normal que el personaje abandone su
terruño (en busca de la buena vida y las aventuras que solo parecen posibles en
las grandes urbes) y no mire hacia atrás. Para Sintonías, necesitaba un entorno
que aunara tradición, naturaleza y belleza, un sitio que mis personajes
llevaran en el corazón y al que siempre quisieran volver. El estado de Arkansas
reúne esas tres cualidades.
-¿Qué encontrará el lector en Sintonías?
A estas alturas, ya no me queda ninguna duda de que soy una
escritora de series. No tengo novelas independientes (ni publicadas ni sin
publicar) y la única vez que me propuse escribir una, creé un mundo tan
cautivador que las lectoras no cesaban de pedirme que escribiera la historia de
sus secundarios. Insistieron durante más de dos años y al final me dejé
convencer. Me refiero a Princesa, que nació como novela independiente y
ahora es la primera entrega de mi serie moteros. Está claro que lo mío es crear
mundos poblados de personajes jajaja. Y eso encontrará el lector en Sintonías:
un mundo y unos personajes que no querrá dejar atrás. En general, mis novelas
son más que la historia de amor entre los protagonistas, son novelas corales en
las que todos los personajes son importantes porque hacen a la historia que
cuenta la serie en su conjunto. Los verá una y otra vez en cada nueva novela y
cuando llegue a la última entrega tendrá la sensación de que los conoce desde
siempre. ¡Y no querrá dejarlos! En Sintonías, además, están los temas que trato
-todos muy actuales-, y el entorno que elijo para hablar de ellos; el seno de
una familia grande y unida, muy especial, como son los Brady. Es, sin duda, una
serie que habla de valores, de amistad, de familia, de los roles femenino y
masculino en la pareja, y de amor, por supuesto.
-¿Nos puedes hablar sobre sus personajes?
Sintonías es un mundo de ficción, ¿de acuerdo?, pero para que
las lectoras lo sientan como real, la que primero necesitaba dotarlo de
realidad era yo. Así que he creado
cantidad de material en torno a esta serie mientras la escribía. Su
presentación oficial es un artículo de la periodista Diane Lilly publicado en
Glam Magazine, y esto es lo que dice sobre los hermanos Brady y sobre Gillian
McNeil: (el artículo completo está disponible en mi web):
“... A los hermanos Brady la
vida les concedió belleza, riqueza y éxito en sus respectivas profesiones. Y un
gran desafío: encontrar el amor en medio de las luces cegadoras del ego, uno a
la altura del que conocieron en casa, y conservarlo.
Dicen que para Mark el gran obstáculo fueron sus convicciones
sobre los roles masculino y femenino en la familia, tan definitivos como
anacrónicos. Hombre que se jacta de “ejercer” de tal, aspiraba a formar un
hogar como el de sus padres, donde la mujer es antes que cualquier otra cosa,
esposa y madre. Si hubiera nacido a principios del siglo XX, Mark habría sido
el partido ideal para cualquier mujer. Pero nació en 1974: revolución hippy,
liberación femenina, amor libre...
Amanda lo tuvo más difícil. Preciosa y famosa en una época que
mitifica estas dos cualidades, no tardó en verse arrastrada por la espiral del
éxito. De carácter desinhibido y actitud rebelde, sus excesos alimentaron
durante mucho tiempo la prensa del corazón. En un mundo que se muestra
permisivo con la promiscuidad masculina pero la condena en la mujer, el
personaje controvertido llamado Amanda Brady, lo ocupó todo, relegando a la
auténtica Amanda, “Mandy” para los suyos, a un lejano segundo plano.
Lo de Jason fue mucho más sutil. Dotado por la naturaleza de un
coeficiente intelectual de genio, y unas cualidades físicas y personales más
que suficientes para garantizarle un permanente suministro de compañía
femenina, conoció a su mujer ideal a los 16 años. Creció con ella. Fue su mejor
amiga, con la única que podía ser él mismo, con la única que nunca se aburría,
lo que constituyó suficiente razón para no tener que buscarlo en una relación
sentimental. Y pudo haber sido su hermana, una poderosísima razón para eludir
el más mínimo pensamiento sensual.
Cupido, sin duda, ha sido el gran desafío de los tres. Desafío
que tuvieron el valor de aceptar sin reparos, y del que, a mi entender, han
salido claramente victoriosos. Aunque teniendo en cuenta las circunstancias
especiales del entrenador Brady [Jason Brady], él estaría de acuerdo conmigo
-no lo ha corregido, así que de hecho, lo está-, en que estuvo muy lento de
reflejos: tardó catorce años en reconocer que el hombrecillo del arco le había
alcanzado en pleno pecho.
Entre el estímulo y la respuesta, existe un espacio en el que
tenemos la libertad interior de elegir.
Fue lo primero que me vino a la mente cuando conocí la historia
de Gillian McNeil. Pasó la mayor parte de su infancia dando tumbos de casa en
casa hasta que conoció a Eileen y John. Los Brady se quedaron prendados de
Gillian, de su valentía para encajar los golpes que le daba la vida, de su
carácter alegre y optimista, de sus maneras extrovertidas y su jovialidad. Y
ella se prendó de ellos. De todos. Encontró en Eileen y John los padres
amorosos que no tenía, en Mandy y Mark una amistad cómplice que aún hoy
perdura. Y en Jason, su alma gemela. Aunque como quedó dicho, a los dos les
llevó años asumirlo.
Tres años más tarde, cuando su madre salió de la cárcel, la ley
la obligó a dejar el rancho Brady y regresar junto a ella. Dicen que aún hoy
Eileen Brady se emociona cuando cuenta la manera que Gillian se despidió de
ellos, con una sonrisa enorme y una sola palabra; "volveré".
Pudo dejar que las circunstancias condicionaran su vida. Esa
habría sido una respuesta comprensible al tipo de estímulo que había recibido
hasta el momento, especialmente siendo una niña, apenas adolescente. Pero
eligió lo contrario.
Volvió al rancho Brady al día siguiente de cumplir los dieciocho
y nunca más se fue. Se construyó la vida que quería tener: se graduó la primera
de su clase en Agronomía, es la única mujer de la plantilla del rancho y aunque
no ha llevado oficialmente el apellido hasta hace dos meses, a todos los
efectos, para los Brady siempre ha sido una de ellos...”
¿Qué tal? ¿Empezarán los personajes a tomar forma ya en la mente
de las lectoras? Yo creo que sí, pero vamos a darle otro empujoncito ;)
Siempre entrevisto a mis personajes (pero no siempre subo las
entrevistas a mi web). Me divierte y al mismo tiempo me ayuda a centrar ideas y
a conocerlos mejor. Sintonías tiene
cuatro entrevistas publicadas: la de Jordan Wyatt (el protagonista de Bombón),
la de Mark Brady (el protagonista de Primer amor), y las de la pareja
protagonista de Amigos del alma, Jason Brady y Gillian McNeil. Estos son
los enlaces:
Jordan Wyatt
Mark Brady
Jason Brady
Gillian McNeil
-¿La serie termina con Simplemente perfecto?
Tengo la impresión de que estáis intentando tirarme de la lengua
a cuenta de un ex jinete de rodeos que aparece como secundario en la novela y
está despertando pasiones, así que no me iré por las ramas.
La respuesta es sí. Me parece muy importante que las lectoras
sepan a qué atenerse cuando se trata de una serie, que no se encuentren con que
siguen saliendo nuevas entregas en un bucle sin fin. Como lectora es algo que
detesto, así que como autora me aplico el cuento. Simplemente perfecto
es el punto final de la serie Sintonías y así lo indico desde la sinopsis de la
propia novela.
Por otro lado, siempre tendré en cuenta las peticiones de mis
lectoras y en este caso, prácticamente no ha habido reseña o comentario de la
novela que no reclamara la historia de Patty y Troy. Es algo que tengo que
valorar detenidamente, pero si decido complacerlas, no será otro
Sintonías porque como digo, esa serie está completa. Por favor, nótese el texto
en negrita ;)
Desde LecturAdictiva damos las gracias a Patricia Sutherland por la presentación.
A continuación os dejamos un comentario de una lectora y los libros que componen esta serie.
Maravillosa serie donde conoceremos a la familia Brady al completo, tres hermanos y tres amores para toda la vida, una serie llena de romanticismo, de dulzura y ternura, llena de momentos divertidos que te arrancarán una gran sonrisa aunque también alguna lágrima de emoción. Una serie donde vemos crecer a unos personajes maravillosos, tan diferentes pero tan unidos a la vez. El poder del amor, de la familia y de la amistad nos envuelve creando mágicas y dulces historias de amor.
Fdo. Rosamoni
0. Volveré a ti
Corre el mes de diciembre de 1992 y en Camden, Arkansas, Eileen Brady se afana por acabar los últimos preparativos navideños cuando recibe una llamada inesperada. El servicio de acogidas de la
región, con el que el matrimonio Brady ha colaborado activamente durante muchos años, tiene una emergencia; una huérfana de 13 años llamada Gillian McNeil.
A pesar de la reciente decisión de la pareja, de no tener más niños en acogimiento hasta que sus propios hijos Mandy, Jason y Mark hayan pasado la etapa adolescente, Eileen no puede evitar conmoverse al conocer la situación de la niña, y acepta hacerse cargo de ella.
Lo que entonces no imagina es que esa decisión, fruto de la compasión, no solo cambiará para siempre la vida de Gillian, sino la de toda la familia, y en especial, la de su hijo Jason.
Volveré a ti es la precuela de Sintonías, su génesis; el momento en que se establecen las conexiones entre sus personajes y tienen lugar sucesos que diez años más tarde darán lugar a las tres inolvidables historias de amor que componen la serie.
Ambientada en Arkansas, un paraíso natural, en la década de los noventa, Volveré a ti, al igual que la serie de la que es precuela, es una historia que habla de valores, de familia, de amistad, de segundas oportunidades, y por supuesto, de amor.
1. Bombón
Mandy y Jordan son amigos desde niños. Pudieron haber sido novios adolescentes, pero él no acudió a la cita. Ahora ella tiene 26 años, es una cantante famosa, y Jordan, además de su amigo, es su mánager.
Desde hace dos años, Mandy alimenta a la prensa sensacionalista con escándalos frecuentes y no atiende a razones. Una noche, Jordan la encuentra en su suite del hotel compartiendo cama con el
licencioso vocalista de una banda de rock, y decide marcharse. Cuando Mandy quiere darse cuenta, Jordan se ha ido y su vida es un desastre.
Para Jordan, marcharse fue un intento de pasar página: cada vez más atrapado en la red de un amor no correspondido, ya no sabe qué hacer. Pero al tiempo, cuando vuelven a verse y Mandy se muestra arrepentida por lo ocurrido, y poco después reacciona tan mal al comprobar que él ha asistido con una amiga a la entrega de premios en la que Mandy es una de la nominadas, se enciende una pequeñísima luz de esperanza... ¿Son celos? ¿Qué posibilidades tiene de enamorar a esa mujer arisca que cambia de acompañante como de zapatos, cuya relación más larga duró apenas una semana?
Intentar olvidarla no resultó. Jordan decide que es hora de cambiar de estrategia...
2. Primer amor
Shannon O'Neil es lo que vulgarmente se llama una gordita simpática. Estudiante aplicada, editora del periódico del instituto y miembro activo de una importante ONG que trabaja con niños y
adolescentes huérfanos, a sus 25 años es la asistente social más joven del Servicio de acogidas de Camden, Arkansas. Ha roto con su novio, trabaja mil horas por día, la báscula confirma que Papá Noel le ha regalado dos kilos por Navidad, y acaba de “heredar”, por jubilación de la oficial responsable, otro expediente de acogimiento.
En circunstancias normales, no le habría dado tanto importancia. Pero cuando reconoce el nombre en el impreso de solicitud, no se lo piensa dos veces e intenta por todos los medios librarse de aquel expediente: haría lo que fuera para evitar volver a verse las caras con su primer amor adolescente. Ese que cuando se dignó a quedar con ella, lo hizo solamente para ligar con su hermana...
Mark Brady, en cambio, es el típico “hombre 10”. Práctico, de ideas claras y seguro de sí mismo, con 30 años dirige el rancho agrícola-ganadero más importante de la región. Soltero sin compromiso, se considera demasiado hombre para la oferta femenina actual por lo que sus esporádicas acompañantes suelen rondar los cuarenta. Es el mayor de tres hermanos, el más tradicional, el más familiar. Ahora, además, flamante padre de acogida... Y recolector de calabazas: las que, incomprensiblemente, le está dando la preciosidad pelirroja que se presentó a la primera visita de control, como la nueva asistente social a cargo de los hermanitos White.
3. Amigos del alma
... Cuando le preguntaron a Jason Brady, el flamante entrenador de Los Tigres de Arkansas, si consideraba que haber conseguido ensamblar un gran equipo en tiempo récord y mantenerlo en buena posición, a pesar de la plaga de lesiones que sufren desde el primer partido, era el logro más difícil de
su vida, él respondió con su sonrisa seductora y su talante de ganador: “no, hombre... Mi logro más difícil fue que mi chica me dijera que sí”. Cuentan que la sala de prensa estalló en carcajadas. Además de su gran sentido del humor, hasta los cronistas hombres reconocen que no es del tipo al que las mujeres le dicen “no”. Pensaron que había sido una broma, una al mejor estilo Jason Brady.
Todas las personas con las que he hablado coinciden en una cosa: Jason y Gillian son como dos gotas de agua (...) pero lo que los distingue de otras grandes amistades es que, al parecer, mantienen una especie de conexión mágica que los fortalece y los complementa, y que es un atributo exclusivo de las almas gemelas.
¿Cómo pasan dos personas de ser carne y uña, los mejores amigos durante más de una década, a convertirse en pareja sentimental?
¿Qué circunstancia tan especial, nueva y determinante puede llevar a dos personas que han mantenido un nivel de comunicación tan profundo, a estrechar lazos?
Bueno, lo que el entrenador Brady dejó claro con su comentario en la sala de prensa es que a) no fue fácil, b) no fue sincronizado, y c) fue él quien puso el balón en movimiento...”
Jason Brady y Gillian McNeil son...
Amigos del alma, una historia de almas gemelas.
3.1. Simplemente perfecto
La vida transcurre apacible para John y Eileen Brady en su rancho de Arkansas.
Mark, su hijo mayor, que dirige eficazmente la explotación agrícola-ganadera más importante de la región desde que John lo dejara a cargo con apenas veinticuatro años, se ha convertido en cabeza de una familia numerosa, cumpliendo así su mayor aspiración personal.
Para Jason, el hijo mediano del matrimonio, las cosas no pueden ir mejor; se ha casado con Gillian, su alma gemela, y ha comenzado el año coronando su brillante trayectoria como entrenador de fútbol con una Superbowl.
Mandy, la única mujer de los hermanos Brady y una famosa cantante de música country, ha sacado a flote su carrera. Atrás quedaron sus años alocados que la convirtieron en objetivo de la prensa amarilla. Ahora tiene éxito en su profesión, está unida legalmente al único hombre que consiguió hacer que deseara sentar la cabeza y, para regocijo de sus padres, se enfrenta a un gran descubrimiento: su reloj biológico, algo que ni siquiera sabía que tenía.
Con el rancho a pleno rendimiento y sus tres hijos felizmente casados, John y Eileen disfrutan de una vejez tranquila mientras ven crecer a sus nietos y se preparan para el gran acontecimiento del año; la graduación de Patty, la joven huérfana que llegara al rancho con la etiqueta de “causa perdida” y que bajo la tutela de Mark ha conseguido encauzar su vida.
Sin embargo, a diferencia de lo que creen sus padres, Jason y su mujer Gillian sienten que su vida no está completa. Les falta algo que para ambos es fundamental y con la resolución que los caracteriza, deciden ir a por todas. Esta decisión, que para la pareja es la más importante que han tomado jamás, cubre de nubarrones negros el tranquilo firmamento familiar y amenaza con provocar la primera gran escisión en el seno de una familia tradicionalmente unida.
Ambientada en Arkansas durante el año 2009, esta nueva entrega muestra un momento clave de la vida de los Brady y, en especial, de la pareja formada por Jason y Gillian.
Simplemente perfecto es la más intensa, la más emocional de la serie Sintonías…Y su punto final.