Ficha del libro |
ideas liberales y progresistas, del que se enamorará perdidamente, haciendo que todo su mundo se vuelva al revés.
Los personajes nos hablan de la novela:
Hola, soy Marcos Allende. Tengo 29 años. Trabajo como profesor de historia en un Instituto. Soy del norte, pero este curso he sido destinado a esta bonita ciudad del suroeste llamada Mérida. No conocía a nadie aquí, pero gracias a un compañero de trabajo, otro profesor, pude integrarme en su grupo de amigos. Así fue como conocí a Cris, sí, porque todo el mundo la llama con este diminutivo. Me gustó desde el primer momento. Físicamente es preciosa, aparte de inteligente, culta y un encanto. No puedo demostrarle lo mucho que me atrae. Las circunstancias en las que estoy no me lo permiten. Además, somos de mundos contrapuestos, seguro que no nos parecemos en nada. He notado lo mucho que me mira, y eso hace que me ponga nervioso. Cada vez pienso más en ella cuando estoy solo. Reconozco que estoy deseando que llegue el fin de semana para verla de nuevo. Ni la tengo ni la olvido, y eso no debería ser así.
Lo más curioso de todo esto, es que el día antes de conocerla oficialmente por decirlo de alguna manera, tropezamos en un estanco y ya me pareció una preciosidad. No podía imaginarme en ese momento lo que iba a pasar luego…Se sorprendió mucho cuando me vio en casa de sus amigos, seguro que me reconoció, pero no dijo nada al respecto.
***
Hola, soy Cristina Klein, aunque todo el mundo me llama Cris. Trabajo como profesora de inglés en una academia de idiomas, aquí, en Mérida. Conozco a Marcos desde hace muy poco tiempo, cuando empezó a salir con nosotros. Hacía mucho tiempo que no me sentía atraía por ningún chico, como por Marcos. Siempre que salimos intento ponerme a su lado y conversar con él. A veces me mira tan fijamente que tengo que esforzarme para que no se me note lo mucho que me afecta. Creo que todos los demás se han dado cuenta de que me gusta, y no soporto ponerme en evidencia. Además no tengo nada que hacer… entre Marcos y yo nunca va a ver nada. Es imposible.
Una escena que abra el apetito:
Lo dijo con tanta tristeza que se le quebró la voz. Él se apiadó de ella y se acercó. Le alzó el rostro con suavidad y acarició con sus dedos largos y finos el contorno de sus ojos, ahora de un verde más oscuro.
—Eres preciosa —dijo.
La levantó con delicadeza y al tenerla tan cerca, deseó besarla. Le acercó los labios despacio, esperando que correspondiera. Notó que temblaba de arriba abajo, sin embargo, ella no respondió a su beso. Marcos retrocedió avergonzado.
—Lo siento. No sé qué me ha pasado. Espero no haberte ofendido.
Ella lo miraba inquieta preguntándose qué estaba haciendo. ¿Por qué había actuado de esa forma cuando lo que más deseaba en el mundo era precisamente que la besara? Pero lejos de demostrárselo, hizo lo contrario.
Desde LecturAdictiva damos las gracias a Helena Nieto por la presentación.
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