Ficha del libro |
Repudiada por su familia, Ellie no tiene más remedio que aceptar la voluntad de sus padres y marcharse a otro país, donde contraerá matrimonio con un hombre al que no conoce. Asustada, pero llena de esperanzas, afrontará su destino con una entereza asombrosa y tratará de forjarse una nueva vida al lado de su recién estrenado marido, quien despierta en ella sentimientos que nunca creyó posibles.
Los personajes nos hablan de la novela:
Mi nombre es Aidan McInarny, soy irlandés y tengo 32 años. Obligado por la hambruna de mi país emigré a América donde estuve trabajando muchos años en trabajos duros y mal pagados, hasta que por fin tuve la oportunidad de cumplir mi sueño: viajar a las inhóspitas tierras del oeste donde un hombre puede poseer tierras independientemente de su origen. Pero para hacerlo necesitaba una esposa y ahí es donde aparece Ellie.
La primera vez que la vi me sentí engañado. Yo pedía una mujer fuerte y acostumbrada al trabajo duro, y me encontré con una delicada damisela inglesa, pero reconozco que mi esposa me vuelve loco en más de un sentido, y descubrir sus secretos y conquistar su reticente corazón, se han convertido en mis dos grandes objetivos. Eso y hacerla feliz.
***
No voy a negar que Aidan, mi esposo, es un hombre fascinante en muchos sentidos y que me atrae de una manera que nunca había sentido antes, pero no puedo dejar que conozca mi secreto o también él me despreciará, y por mucho que me cueste debo mantenerme alejada de él, aunque eso no siempre será fácil.
Una escena que abra el apetito:
—¿Eleanor
McInerny? —Aidan tuvo que repetir el nombre dos veces para obtener una
respuesta.
Los
enormes ojos verdes de la mujer se volvieron hacia él mientras la muchacha que
lo acompañaba enmudecía de repente.
—¿Sí? —sus labios contestaron pero su mente
permanecía en blanco.
La presencia de ese desconocido alto y de hombros
anchos la turbaba y atemorizaba a partes iguales. Apenas distinguía con
claridad su rostro bajo el ala del sombrero que llevaba pero podía percibir su
tensión y el tono duro en el que había pronunciado su nombre.
—¿Usted es la
señora Eleanor McInerny? —Con incredulidad volvió a repetir la pregunta.
—Sí, y usted es…—Ellie no pudo evitar que su voz
temblara.
—¡¡Maldición!! ¡¡Esto tiene que ser una puñetera
broma!!
Ellie ahogó un jadeo y se tapó la boca mientras
retrocedía. A su lado, Nancy permanecía extrañamente muda, observando la escena
con los ojos muy abiertos.
—¡¡Yo pedía en el anuncio una mujer!! ¡¡Una mujer
fuerte, acostumbrada al trabajo duro!! —Aidan no habría podido calmarse aunque
en ello le fuera la vida. La desilusión y la ira lo inundaban como un río
desbordado. —¿Y qué me encuentro? ¡¡Una señoritinga mimada!! ¡¡Una inútil, sin
duda!!
Ellie se sentía absolutamente aterrorizada, tanto
que no podía moverse. Ver a ese hombre frente a ella, gritándole y mirándola
como si fuese la criatura más repulsiva que había visto en su vida hacía que
sintiera deseos de desmayarse. En ese momento el hombre señaló sus baúles.
—¿Y qué demonios es esto? ¿Qué pensaba usted? ¿Qué
iba a una recepción en Versalles?
Desde LecturAdictiva damos las gracias Lola Rey por la presentación.
¡Qué apetecible!
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