Nicolás Hagen es un ingeniero atractivo y exitoso. Su relación con las mujeres se resume a pasar una sola noche con ellas. Para él todas son iguales: interesadas, insensibles y manipuladoras.
Lavinia Dickinson es una modista que lucha por salir adelante en un entorno difícil. Su belleza es envidiable, pero su pasado ha hecho que entregarse a un hombre sea para ella algo impensable. Su presente está regido por el trabajo duro y la resignación.
Desde que la ve por primera vez, Nick se empeña en seducirla y pasar con ella la única noche que reserva a cada una de sus conquistas. Pero la autenticidad y la inocencia de Lavinia harán que esa noche no sea como las otras, y el amanecer los encontrará a ambos transformados.
Sin embargo, el destino tiene nuevas cartas que jugar…
“Nada más que una noche” es una apasionante historia de deseo, amor y pasión que palpita con el ritmo febril de una gran ciudad como Buenos Aires.
En esta ocasión la presentación que nos hace la autora es a través de una entrevista:
(Nota: En esta presentación, los personajes
mantienen en su diálogo las características del español de Buenos Aires, pero
la versión española de la novela fue adaptada al español de España)
Llego al puerto de Buenos Aires y me dirijo a un
guardia de seguridad. Cuando le indico que estoy allí para entrevistar al señor
Nicolás Hagen y a su esposa Lavinia Dickinson, enseguida me conduce a un sector
privado. Después de transitar por pasillos laberínticos y recorrer otro tramo
exterior en un automóvil de categoría, finalmente abordo el hermoso crucero,
propiedad de Nick y Lavi, como los apodan sus apasionadas lectoras, y me
entrego a la aventura; todo allí invita a la fantasía.
Un empleado muy distinguido me recibe en el hall
central y me acompaña hasta la sala en la que me esperan mis entrevistados.
Estoy ansiosa por reencontrarme con ellos; yo también leí su historia y llevo
conmigo las preguntas que tantas lectoras desean formularles.
Cuando el encuentro
finalmente se produce, los reconozco de inmediato: están sentados en un
cómodo sillón, tomados de la mano. Lavinia es rubia y tiene los ojos verdes, es
tal como la había imaginado. Nick tiene el rostro vuelto hacia ella, pero es
mucho más de lo que podrían describir las hojas de un libro. Su sola presencia derrocha
seguridad, sin embargo, lo que más me impacta de él es su mirada: profunda,
gris, poderosa. Todo en Nick me habla de fuerza y de coraje, pero también de
sentimientos hondos y dolores enterrados; estoy segura de que el amor de
Lavinia lo rescató de la oscuridad que todavía late en sus pupilas.
Me siento y me saludan con entusiasmo. Ella es pura
y hermosa, irradia paz y esperanza. Los saludo también, les hablo de mi
admiración por ellos, y comienzo con las preguntas.
-Para
empezar, me gustaría que nos cuenten cómo se conocieron, para aquellas personas
que todavía no los conocen.
“Fue gracias a mi buena fortuna”, asegura Nick,
siempre de buen humor. Lavinia lo mira con tanto amor que no puedo explicarlo
con palabras. “No podés negar que también obró mi mala suerte”, lo interrumpe,
y luego se dirige a mí. “Ese día yo estaba a punto de cerrar mi boutique porque
me estaba yendo muy mal, y de pronto cruzó la puerta Nick. Me compró un traje y
no pudo olvidarse de mí”, añade con una sonrisa entre inocente y orgullosa,
mientras él la mira con el mismo amor que ella le había manifestado un momento antes.
-Pero
nuestras lectoras afirman que Nick solo quería nada más que una noche…
“¡Claro que no!”, exclama Nick al tiempo que Lavinia
grita “¡Sí!”. A continuación, Nick reconoce: “Bueno, sí, pero en realidad me
negaba a reconocer que por primera vez estaba verdaderamente enamorado. Lavinia
me impactó desde el primer momento en que la vi”.
-¿Cuándo
te diste cuenta de que Lavinia podía salvar tu alma?
Nick suspira, pensativo. “Creo que mi inconsciente
lo supo desde el principio, pero solo me di cuenta cuando ella ya me había
salvado”, responde.
-Respecto
de este asunto, nuestras lectoras manifiestan un gran resentimiento hacia un
punto en especial de tu pasado. ¿Podés imaginar cuál es?
“Claro que sí”, admite Nick, “pero está
completamente superado; tanto, que ya no hablamos de eso; ni siquiera nos
acordamos de recordarlo”, asegura.
-Lavinia,
¿alguna vez pensaste que tus sueños podían no convertirse en realidad?
“Creo que tuve una vida difícil y que por eso nunca
me atreví a soñar. Nick me enseñó a ir siempre por más”, contesta, orgullosa.
-Por
último nos gustaría saber si después de leer “Nada más que una noche” podremos
saber de alguna manera cómo continuarán sus vidas.
“Nuestra historia tiene un cierre en “Nada más que
una noche”, pero se cuenta un poco más acerca de nosotros en “Una noche con
ella”, la historia de Helena, mi hermana”, comenta Lavinia.
-¿Hay
algo que quieran decir a sus lectores?
“Simplemente gracias”.
Una escena que abra el apetito:
Se impulsó más adentro tomándose del respaldo de la
cama. Les estaba costando llegar al clímax porque no habían descansado entre
una relación y otra, e iban ya por la tercera. Nick la besó en los labios, la
miró con la pregunta latiendo en las pupilas y entonces gritaron juntos el
tercer orgasmo.
Lavinia le tomó el rostro entre las manos, lo miró y
le dijo la verdad que escondían sus pupilas:
—Te amo, Nick. Te amo…
Lo abrazó de inmediato, no quería que él viera el
brillo de sus lágrimas. No obtener respuesta era lo previsible, pero aun así
¡cuánto dolía!
Horas más tarde, mientras amanecía y el sol se
filtraba por el enorme ventanal de la habitación, Lavinia abrió los ojos. No
estaba sola: los de Nick la observaban desde un abismo.
"¿Por qué no puedo amarte, Lavinia? —se
preguntaba—. ¿Por qué no puedo reconocer que te amo?"
—Dime lo que estás pensando —pidió ella. Nick se
humedeció los labios.
—En que eres tan hermosa… —fingió una sonrisa.
—No es verdad —replicó ella con calma—. Pensabas:
«¿Por qué no puedo amarte, Lavinia? ¿Por qué si eres tan hermosa?»
Nick no quería mirarla a los ojos, no quería
reconocer que ella estaba a punto de llorar por su culpa, así que la estrechó
contra su pecho y la besó en la sien. Tenía a la mejor mujer del mundo entre
sus brazos y su corazón se cerraba a ella, al igual que a todo lo que alguna
vez le había hecho bien en la vida. Era egoísta e insensato, la estaba haciendo
perder el tiempo a su lado, pero ¡no podía dejarla ir! La necesitaba como al
aire mismo.
Desde LecturAdictiva damos las gracias a Anabella Franco por la presentación.
Gracias Ana,por esta ingeniosa forma de responder a nuestras preguntas!Besitos,Vani.
ResponderEliminarAy! me dieron ganas de leerla oooootra vez! :D
ResponderEliminarExcelenteeeeeeeeeeeeeee, me encantó, al igual que todos los libros de Anabella!!!!
ResponderEliminargracias por esta original entrevista, me ha gustado mucho, estoy deseando leer el libro, me habeis dejado con ganas de mas.
ResponderEliminarMuchas gracias por la entrevista.
ResponderEliminarMe gusta mucho la entrevista muy original...y deseando leer mas de ella..
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