“Siete razones” es una serie, o saga, compuesta actualmente por dos entregas “Siete razones para no enamorarse” y Siete razones para odiarte” que cuenta las vicisitudes amorosas del personal de la gran revista de moda LUO.
Ficha Siete razones para no enamorarse
Ficha Siete razones para odiarte
En SIETE RAZONES PARA NO ENAMORARSE (Novela romántica contemporánea) nos centramos en Elisa, que debe presentar un artículo novedoso para el número de febrero de la revista en la que trabaja o la pondrán de patitas en la calle, pero su mente está en blanco. Por casualidad ve en la sección de obituarios del periódico una esquela donde algún gracioso que dice haber sido maltratado por las mujeres, se da el pésame a sí mismo y a su corazón y se promete no enamorarse nunca más. Casi sin pensarlo propone a su jefa buscar a quien ha publicado la esquela y hacerle una entrevista. El problema es que Javier (el autor) no está muy dispuesto a cooperar y solo acepta escucharla cuando ella le asegura que serán únicamente siete preguntas. Él accede a cambio de que por cada pregunta Elisa cumpla un deseo suyo. Cualquier deseo. Siete preguntas, siete deseos. Así comenzará a materializarse la venganza de Javier hacia la mujer que le ha hecho daño, aunque focalizada en la persona de Elisa… hasta que ella se da cuenta de que se está enamorando perdidamente, a pesar de tener siete grandes razones para no hacerlo.
En SIETE RAZONES PARA ODIARTE (Novela corta romántica contemporánea) la protagonista es Ana, la amiga y confidente de Elisa, que agobiada por un nuevo encargo para la revista LUO, tiene que perderse en lo más profundo del país en busca de un argumento sólido para su artículo. Allí se topará con Juan, un tipo grande, fuerte y con muy malas intenciones. Cualquier contacto entre Ana y Juan chirría como una cerradura oxidada, por lo que ella debe preguntarse por qué ha caído entonces siete veces entre sus brazos. Asesinos en serie, bandas de música que aparecen de la nada y verdura, mucha verdura, serán los ingredientes de esta novela divertida que te mostrará que quizá el amor aparezca donde menos te lo esperas.
Ambas novelas unidas en una sola edición salen en papel en octubre de 2014.

En esta ocasión el autor es quien nos presenta a los personajes:
SIETE RAZONES PARA NO ENAMORARSE
Elisa: Ha sido la estrella de la revista LUO hasta la llegada de Martina, la nueva jefa. Es una mujer volcada
en su trabajo, sin vida privada, sin ninguna ilusión que no sea trabajar en su próximo artículo, por lo que perder su puesto en la revista no es solo un problema, sino que puede convertirse en un abismo al que no está dispuesta a enfrentarse. Pero… ¿A qué precio? eso tendremos que descubrirlo cuando se enfrente a Javier y a su insospechado trato.
Elisa es una buena chica, que está segura de la que el mundo funciona porque hay gente en él que merece la pena. Bonita, con esa belleza que se acrecienta cuando su poseedor no es consciente de ella, divertida, obsesionada con el helado de chocolate, de deslumbrantes ojos pardos. Es alguien que ha decidido endurecer su corazón tras una historia que salió más que mal y que la dejó tirada y vestida de blanco en el altar.
Javier: es un hombre taciturno. Los restos que quedan de un tipo alegre, seguro de sí mismo y con ganas de degustar la vida a cada segundo. La razón de este desastre ha sido una mujer que lo ha marcado a fuego
y que ha provocado que se retire a un perdido pueblo pesquero del sur de España a lamerse las heridas. Cuando conoce por primera vez a Elisa, solo ve a una mujer apetecible a quien hacer pagar su dolor y quizá llevarse a la cama. Sin embargo, con cada prueba, no solo pondrá en peligro los límites de la periodista, sino los suyos propios.
Javier es un tipo atractivo, de oscuro cabello asalvajado, impactantes ojos negros y afición por los deportes marinos.
SIETE RAZONES PARA ODIARTE
Ana: si algo define su carácter es el cinismo. Lleva toda la vida defendiéndose con él. Ha tenido un pasado
glorioso trabajando en los mejores diarios del país, siempre en la sección cultural. Aún no sabe por qué aceptó aquel trabajo en LUO. Quizá porque estaba muy bien pagado. Quizá porque le daba cierto aire de misterio trabajar para una de las mejores revistas de moda del mundo. El caso es que ahora está a merced de Martina y sus reseñas culturales se han convertido en artículos sobre el sexo en la cultura.
Ana es rubia, lleva el cabello corto, metida en kilos, aunque mantiene la forma y no le importa demasiado. Y eso sí, tiene una respuesta en la punta de la lengua para cada pregunta, por inoportuna que ésta sea.
Juan: “Bruto y animal”, así lo define Ana. El caso es que se trata de un hombre de campo. Dedicado a sus
cultivos y sus animales. Vive en una aldea perdida en medio de la nada y encontrar a una chica para algomás que un revolcón no entra dentro de sus planes.
Juan es alto, fuerte, guapo. Lo que se dice un hombre enorme, y con carácter tan rudo como todo lo demás… al parecer.
SIETE RAZONES PARA NO ENAMORARSE
Elisa: Ha sido la estrella de la revista LUO hasta la llegada de Martina, la nueva jefa. Es una mujer volcada
en su trabajo, sin vida privada, sin ninguna ilusión que no sea trabajar en su próximo artículo, por lo que perder su puesto en la revista no es solo un problema, sino que puede convertirse en un abismo al que no está dispuesta a enfrentarse. Pero… ¿A qué precio? eso tendremos que descubrirlo cuando se enfrente a Javier y a su insospechado trato.
Elisa es una buena chica, que está segura de la que el mundo funciona porque hay gente en él que merece la pena. Bonita, con esa belleza que se acrecienta cuando su poseedor no es consciente de ella, divertida, obsesionada con el helado de chocolate, de deslumbrantes ojos pardos. Es alguien que ha decidido endurecer su corazón tras una historia que salió más que mal y que la dejó tirada y vestida de blanco en el altar.
Javier: es un hombre taciturno. Los restos que quedan de un tipo alegre, seguro de sí mismo y con ganas de degustar la vida a cada segundo. La razón de este desastre ha sido una mujer que lo ha marcado a fuego
y que ha provocado que se retire a un perdido pueblo pesquero del sur de España a lamerse las heridas. Cuando conoce por primera vez a Elisa, solo ve a una mujer apetecible a quien hacer pagar su dolor y quizá llevarse a la cama. Sin embargo, con cada prueba, no solo pondrá en peligro los límites de la periodista, sino los suyos propios.
Javier es un tipo atractivo, de oscuro cabello asalvajado, impactantes ojos negros y afición por los deportes marinos.
SIETE RAZONES PARA ODIARTE
Ana: si algo define su carácter es el cinismo. Lleva toda la vida defendiéndose con él. Ha tenido un pasado
glorioso trabajando en los mejores diarios del país, siempre en la sección cultural. Aún no sabe por qué aceptó aquel trabajo en LUO. Quizá porque estaba muy bien pagado. Quizá porque le daba cierto aire de misterio trabajar para una de las mejores revistas de moda del mundo. El caso es que ahora está a merced de Martina y sus reseñas culturales se han convertido en artículos sobre el sexo en la cultura.
Ana es rubia, lleva el cabello corto, metida en kilos, aunque mantiene la forma y no le importa demasiado. Y eso sí, tiene una respuesta en la punta de la lengua para cada pregunta, por inoportuna que ésta sea.
Juan: “Bruto y animal”, así lo define Ana. El caso es que se trata de un hombre de campo. Dedicado a sus
cultivos y sus animales. Vive en una aldea perdida en medio de la nada y encontrar a una chica para algomás que un revolcón no entra dentro de sus planes.
Juan es alto, fuerte, guapo. Lo que se dice un hombre enorme, y con carácter tan rudo como todo lo demás… al parecer.
Una escena que abra el apetito:
SIETE
RAZONES PARA NO ENAMORARSE
—Bien —dijo Javier
cuando el silencio empezaba a resultar incómodo—, le propongo un trato.
A Elisa aquello le
dio mala espina.
—No me gustan los
tratos.
Él volvió a chasquear
la lengua y cambió de posición en el sofá, inclinándose ligeramente hacia ella.
Con aquel movimiento el cabello volvió a sentirse libre y le tapó como una
sombra los ojos. Parecía un pirata. O un bandido. O ambas cosas a la vez.
Aunque innegablemente atractivo.
—En este caso creo
que no le queda más remedio —dijo él sin apartar la mirada de lo suya—. A menos
que quiera volver a su revista sin nada bajo el brazo. Y creo que no es usted
de ese tipo de personas.
Le había dado justo
donde quería. Un desafío. Vio cómo los ojos de Elisa brillaban un momento, adquiriendo
a continuación el matiz de la cautela.
—¿Y en qué
consistiría ese trato?
Él suspiró satisfecho
y volvió a reclinarse sobre el respaldo.
—Le voy a permitir
que me haga una pregunta al día.
—Pero yo…
Javier levantó una
mano y ella se detuvo.
—Siete días —continuó
él—. Siete preguntas.
«Esto es un chantaje»,
pensó ella. Una especie de plan retorcido pensado por un hombre retorcido.
Además, no era posible. No le daría tiempo antes de cerrar el número de
febrero. ¿Cuánto tiempo le quedaría, una vez terminara la entrevista, antes de
tener que entregarla a redacción?, ¿uno?, ¿dos días? Y la revista no cubría sus
gastos ya que no era un encargo, sino una propuesta. ¿Cuánto le iba a costar
aquello, teniendo en cuenta que si el artículo no era del gusto de Martina
estaría despedida a finales de mes? Intentó explicárselo.
—Tengo que escribir
el artículo, revisarlo, enviarlo, debe ser aprobado, yo…
Él volvió a levantar la
mano.
—Lo toma a lo deja.
Un suspiro profundo
se escapó de los labios de Elisa. ¿Cómo se le había ocurrido proponer aquel
entuerto? Ahora se daba cuenta de que Ana tenía razón. Las ideas brillantes son
peligrosas de exponer en un consejo de redacción sin haber hecho antes trabajo
de campo.
—¿Eso sería todo? —le
preguntó con cautela.
Javier permaneció
unos segundos en silencio. Ella temió que en cualquier momento juntara las
yemas de sus dedos y un gran gato negro saltara a su regazo, porque entonces
sería la imagen viva de la maldad.
—No —dijo él,
disfrutando de cada palabra—. Ahora viene lo bueno.
Aquellas palabras le
supusieron un verdadero disgusto.
—Me temo que no me va
a agradar.
Javier volvió a
inclinarse hacia ella.
—Cuando usted formule
cada pregunta tendrá que hacer algo por mí. —Elisa no replicó, pero él levantó
una mano en prevención—. Una pregunta y usted hará que un deseo mío se cumpla.
Siete preguntas, siete días, siete deseos.
Ella sintió un leve
mareo. ¿Habría cogido una pulmonía encerrada en el coche bajo la lluvia o se
estaba poniendo enferma por lo que aquel tipo le estaba proponiendo?
—Creo que no lo
entiendo del todo —dijo titubeando.
—No hay mucho que
entender. Todo depende de las ganas que tenga usted de hacer esta entrevista.
Elisa se humedeció
los labios. Sentía calor. Y la boca seca. Y también frío. Aquellos ojos no se
apartaban de los suyos, pero eran impenetrables. Impenetrables y burlones. Era
incapaz de distinguir si detrás de aquellas palabras había alguna intención
oculta. Aquel tipo jugaba fuerte y quizá fuera peligroso. ¿Cuánto tiempo se
pasaría en alta mar a la espera de llenar su barco de atunes o lo que fuera que
se pescara en alta mar? Quizá esos periodos prolongados de soledad le habían
hecho perder la cabeza. Quizá estaba tratando con un desequilibrado. Quizá…
—¿Y cómo serían esos…
deseos? —le preguntó con cautela.
—No lo sabrá hasta el
momento justo de tener que cumplirlos.
La asaltó de nuevo
una ola de inquietud. Su mente lógica le decía que lo mejor era coger su
anorak, su bolso y salir pitando de allí. Estaba en medio de ninguna parte, se
había desatado una tormenta sobre ellos y no había nadie que pudiera ayudarla
en caso de que aquel tipo se pusiera violento.
—No intentará
aprovecharse de mí, ¿verdad? —le dijo, arrepintiéndose inmediatamente de
haberlo soltado.
—Es posible que
quiera hacerlo. —En aquel momento ella no pudo distinguir el más mínimo atisbo
de burla. Parecía que lo decía muy en serio—. Es usted una mujer muy
apetecible, pero eso ya lo sabrá. Usted decide.
Ahí estaba el reto.
Si cedía a sus caprichos tendría la entrevista que había venido a buscar. Si no
lo hacía, tendría que volver sin nada bajo el brazo y asumir lo que eso
significaría.
—¿Y si quiero
retirarme a mitad de camino?
—Cada deseo tendrá
que cumplirlo de principio a fin —le contestó él con tanta seguridad que le dio
la impresión de que aquello era un plan previamente trazado—. Si no, yo no
contestaré a su pregunta.
Javier se había
puesto mortalmente serio. La burla inicial había desaparecido. Ahora daba la
impresión de que negociaban algo vital. Algo cuyas consecuencias podían ser
peligrosas.
—¿Y si en uno o dos
días considero que ya sé suficiente sobre usted?
Él lo meditó un
instante.
—Podrá publicarlo.
Elisa sentía que su
cabeza se llenaba de contradicciones. Por un lado el reto era fabuloso y el
artículo que saldría de allí, fascinante. Por otro, presentía algo turbio en
todo aquello. Algo caliente y escurridizo que le provocaba una desazón
desconocida en la boca del estómago.
—No pienso hacer nada
inmoral. Nada ilegal.
—Quizá tenga que
hacerlo. Hasta que no formule la pregunta y yo le revele mi deseo no lo sabrá.
—Es usted bastante
retorcido —comentó sin poder evitarlo.
Él no se ofendió.
Tampoco sonrió.
—Soy un tipo
escarmentado de las mujeres, y he decidido aprovecharme de una de ellas.
Elisa llegó a la
conclusión de que no podía negarse. Si lo hiciera se lo recriminaría el resto
de su vida. Comprender aquello no fue un alivio. Al contrario, le provocó un
raro malestar que decidió que analizaría más adelante.
—¿Y cuándo
empezaríamos?
—Mañana mismo.
—¿No tiene que
trabajar? Supongo que habrá algún barco esperando para que eche las redes.
Él ahora sí sonrió.
Aunque tan levemente que Elisa se preguntó si no lo había imaginado.
—Eso es asunto mío.
No había nada más que
hablar. Miró hacia la ventana. Aunque fuera seguía lloviendo ya no era el
aguacero de antes. Se había transformando en una fina lluvia que impactaba con
guante blanco contra los cristales. Era solo una tregua porque la noche parecía
cerrada en agua.
—De acuerdo —dijo
Elisa poniéndose de pie—. Mañana.
SIETE
RAZONES PARA ODIARTE
Cuando Ana abrió los
ojos supo que había metido la pata. Hasta el fondo. Y no podía achacarlo a los
vapores del alcohol, porque no había probado una copa desde hacía días. Se
había costado con un extraño sin pensarlo. Sin dudarlo. Como si fuera un
animal. Y había hecho cosas con él… ¡Dios! Cosas que ni sabía que se podían
hacer.
Miró alrededor.
Estaba en su cama. En la de él. Pero al menos no había rastro de Juan. Le llegó
el aroma del café recién hecho y supuso que en algún lugar de aquella casa
debía de haber una cocina y él estaría allí preparándose un café para coger
fuerzas. Notó cómo se hiperventilaba solo de pensar en lo que había sucedido
aquella noche. ¡Dios! ¡Con un desconocido! ¡Con un tipo que ni siquiera le caía
bien!
Intentó recapitular
los hechos paso a paso. Ella había sido la que lo había besado era cierto. Pero
él no se había resistido en ningún momento. Aún no se explicaba cómo había
podido suceder. ¿Por qué había besado a aquel tipo? ¿Qué impulso enfermizo la
habría arrastrado hacia sus labios? ¿El terror que había pasado mientras estaba
tirada en la carretera? Había leído en algún sitio que cierto parásito anida en
el cerebro de los ratones y les borra cualquier sentimiento de miedo, haciendo
que se arrojen sobre los gatos como si fueran enamorados. ¿Estaría ella
infectada de algo así? ¿De un parásito que la arrastraba a los brazos de
hombres guapos, fuertes, desconocidos y desagradables?
Después del primer
beso había venido todo lo demás. No había brumas. Recordaba todos los detalles.
El primero lo habían echado en el coche y ella había gritado. ¡Había gritado!
Como una actriz porno. Se sintió abochornada. Recordaba que él le había dicho
que estaban aparcados a las puertas de su casa, y que lo siguiera. Ella no lo
había dudado. Él en calzoncillos y ella en bragas y sujetador, amparados por la
oscuridad de la noche, habían salido del coche para entrar en la vivienda. Se
trataba de una aislada casa rural. Una construcción de piedra y cal, rústica y
apartada de cualquier núcleo humano. No le había dado tiempo a ver nada porque
de dos zancadas entraron en el dormitorio y echaron los otros tres.
De nuevo aquel
sofoco. Ella no era así. No era mujer de acostarse con el primero que llegaba.
¿Qué le había hecho aquel tipo? bueno, esa no era la pregunta porque sobre ese
aspecto en aquel momento podía hacer una tesis… ¿Qué le había dado para liarse
con él?
gracias por el articulo, me ha encantado, me he reido mucho leyendolo, y desde luego que los voy a leer despues de ver las criticas tan buenas que tienen los dos libros y esta presentacion que me ha parecido muy original, de esta semana no pasan. Gracias
ResponderEliminarUna presentación genial.
ResponderEliminarMe llamaron mucho cuando salieron, a ver si tengo oportunidad de leerlos jeje
ResponderEliminarHola, acabo de "conocer" a este autor. Y le he buscado porque en la presentación de Amanecer Contigo de Noelia Amarillo, su "presentadora", Laura Nuño, le mencionó como representante de hombre españoles y escritores de novela romántica. Tienen muy buena pinta y gracias por ofrecernos estos pedacitos de sus libros. Entre el comentario de Laura, los blogs y la descarga de Fragmentos de Amazón y los comentarios de lectores... me pica el gusanillo.
ResponderEliminarAmbos libros tienen una pinta estupenda :D
ResponderEliminarLas portadas son chulísimas <3
ResponderEliminarMe parece interesante, poder leer romántica a través del punto de vista de un hombre.
ResponderEliminarEs un escritor fantástico y a pesar de las buenas críticas que he leído sobre estos dos libros (sobretodo del primero, que lleva más tiempo en el mercado, aún lo tengo pendiente.
ResponderEliminarGracias por el resumen !
Yo me los he leído en ebook, y me han encantado.
ResponderEliminaryo me lei el primer libro en ebook y me gusto muchisimo. No sabia que iba a tener continuacion. Deseando leerlo
ResponderEliminarPintan muy bien :)
ResponderEliminarTodavía no he leído nada de este escritor pero la serie tiene muy buena pinta. Parece muy divertida. Chao
ResponderEliminarMe encantó Siete razones para no enamorarse y estoy deseando leer el segundo!!!
ResponderEliminarHola :)
ResponderEliminarDesde ya me apunto los libros para leerlos porque me ha gustado mucho esta entrada y me ha picado ya la curiosidad.
Saludos.
Hola, me ha gustado mucho el resumen y el adelanto... sin lugar a dudas los leere , ahora que estan los reyes tan cerca los pondre en mi lista.
ResponderEliminarSinceramente no he querido leer mucho, tengo pendiente la lectura de los dos y no me gusta saber mucho sobre los libros que me leo, me gusta sorprenderme.
ResponderEliminarHabía comentado pero debió de no enviarse al darle, comentaba que me llaman mucho la atención estos libros por la personalidad de los personajes, son personas decididas. Además he oído hablar bastante sobre ellos en otros blogs y con buenas perspectivas así que es un buen aliciente para continuar con estas lecturas.
ResponderEliminarNo he leído nada de este autor, pero después de esta presentacion estoy deseando hacerlo jajaja
ResponderEliminarUna presentacío fantástica, sí tenía ganas de leerla ahora más
ResponderEliminarTiene una pinta tremenda, gracias por la presentación.
ResponderEliminarUn beso