domingo, 14 de enero de 2018

El rincón del escritor: Abril Camino nos Te quise como si fuera posible

Lennon lleva dos años sin pisar Nueva York. Se marchó a Europa con el corazón roto y la convicción de que jamás volvería a la ciudad en la que un día creyó que todo era posible. Incluso su amor por Daniel. 
El mundo de Daniel ha dejado de girar. Acaba de perder a su hermano mayor y hace dos años que no sabe nada de su mejor amigo. Sabe que debe encontrar su camino para salir adelante, pero los dos pilares de su vida han desaparecido, y las fuerzas le fallan. 
Un regreso, una llamada, el reencuentro de dos amigos que nunca dejaron de serlo y la amenaza de que un sentimiento enterrado bajo dos años de dolor renazca para complicar las vidas de sus protagonistas. 
Aunque algunas complicaciones pueden ser, a veces, lo mejor que nos ha ocurrido jamás.






Ficha del libro





Lennon nos habla de Daniel
Conocí a Daniel cuando éramos dos monos que no levantábamos dos palmos del suelo, y me enamoré de él sin darme cuenta siquiera; en cuanto entendí qué era eso de enamorarse, querer a alguien, desearlo… nunca hubo espacio para alguien que no fuera Daniel. Pero Daniel no era gay. Eso me repetí durante años para obligarme a seguir con mi vida sin perseguir un imposible… hasta que llegó el verano que lo cambió todo. Me cambió a mí, lo cambió a él. Nos cambió hasta tal punto que he estado dos años sin verlo. Hasta ahora. Ahora… he vuelto a Nueva York.

***

Daniel nos habla de Lennon
Siempre fuimos tres. Los tres mejores amigos del mundo. Bobby, mi hermano; Lennon, nuestro vecino; y yo. Tres lados de un triángulo que siempre fue tan sólido que servía para mantenerme en pie en cualquier circunstancia. Ahora, mi hermano, mi héroe, mi referente, la persona que me lo enseñó todo… se ha ido. Y Lennon lleva dos años sin aparecer por Nueva York. Nuestro triángulo está tan roto como yo mismo, y ni siquiera sé ni por dónde empezar a reconstruir la arista que me corresponde.




Una escena para abrir el apetito:

—No entiendo lo que me está pasando. —La voz rota de Daniel hizo que se le olvidara el enfado. Eso era. Incomprensión. Dudas. Miedo. Él había tenido la suerte de saltarse esa fase. En su casa, la homosexualidad siempre había sido algo natural. Se había criado rodeado de los amigos de su madre, entre los cuales era tan normal ver a una pareja formada por personas del mismo sexo como de opuestos. Cuando él había descubierto que lo que le gustaban eran los chicos… ni siquiera se había planteado que algo estuviera mal. Pero no era tan ajeno a la realidad como para no saber que su caso era aún algo excepcional.
—No hay nada que entender, Dan —le susurró a su amigo. Odiaba verlo sufrir y habría dado cualquier cosa por encontrar las palabras de consuelo adecuadas.
—¿Cómo no va a haberlo? Llevo seis días dándole tantas vueltas a la cabeza que me sorprende que no se me haya desenroscado del cuello.
—Vamos a olvidar por un momento que estoy muy cabreado contigo, ¿vale? —Le sonrió, y Daniel le respondió con un asentimiento lleno de gratitud—. Deja que te dé un consejo. A veces, no hay que esforzarse tanto por entender las cosas o por buscar las causas. A veces… solo hay que pensar en qué es lo que queremos.

Desde LecturAdictiva damos las gracias a Abril Camino por la presentación.




0 comentarios:

Publicar un comentario