Asignación Sorteo Halloween

Aquí os dejamos los números asignados para el sorteo.

El número ganador saldrá del sorteo de la ONCE del 20 de noviembre. Se tomará como referencia las dos últimas cifras del número premiado. Si no saliese ningún ganador pasaríamos a tomar como referencia las dos primeras cifras.

¡¡ Suerte !

Carmen CG	3	participaciones
Candy	13	participaciones
Ana Mª García	12	participaciones
Rocío DC	5	participaciones
Brenda Gónzalez Pérez	3	participaciones

Sin duda las protagonistas de este relato han sido Ana Mª García y Candy, que le han dado vida con su participación constante. Nos hemos reído mucho con vuestras ocurrencias. La imaginación es un don preciado.

Y así ha quedado el relato.  

Un desgarrador grito despertó a todos aquella mañana después de la noche de halloween. Salía de la garganta de la vecina del quinto. No era la primera vez que había problemas con esa vecina por eso el grito no nos descolocó, pero decidimos subir a preguntar.

Poco a poco, por las escaleras, subíamos mi madre, Juan, los dos niños, el gato y yo. Ninguno quiso perderse el nuevo espectáculo que nos habría preparado la vecina. Desde que alquiló el piso que dejó sin heredero el señor Gómez, cuando falleció al caerse por la escalera, los rumores no habían dejado de aparecer en el edificio.

Todos subíamos recelosos, esta vecina era muy excéntrica, y no sabíamos con lo que nos podíamos encontrar, yo por lo menos iba con los pelos de punta, ya que no estaba segura de que esta señora, no fuese una bruja, y es que su apariencia y su forma de actuar, no daban a entender otra cosa. Cuando nos abrió la puerta, mis mayores temores se confirmaron. Ella con su pelo canoso despeinado y delante de su cara, llevaba un camisón blanco de encaje largo hasta sus pies que se encontraban descalzos, estaba manchado... cuando subimos la vista descubrimos que en su mano portaba un cuchillo ensangrentado y tenía la cara desencajada. Asustados nos apretujamos unos con otros, temerosos de qué íbamos a encontrar detrás de esa mujer de ojos desencajados.

—¿Qu... qué ha ocu... ocurrido? — preguntó tartamudeando mi madre.

—No sé de qué habláis. ¿Qué queréis? ¡Me estáis interrumpiendo! — contestó ella entrecerrando los ojos con una voz escalofriante.

—Hemos escuchado un grito. — Afirmó Juan.

—Yo no he escuchado nada.

—La hemos oído todos, y venía de aquí. —Contesté algo cohibida mirándola a ella y después a su cuchillo.

—Dejadme en paz! No he oído nada y estoy sola... ¿O queréis pasar a averiguarlo? —Nos propuso con una falsa amabilidad que nos hizo dudar...

Sí, nos hizo dudar pero yo, ni corta ni perezosa y sabiéndome acompañada le dije que sí, que claro que queríamos pasar. Mi vecina se quedó sorprendida de que hubiese aceptado su ofrecimiento y rápidamente nos abrió más la puerta para que pudiésemos pasar todos. Lo hicimos como si fuésemos una bola, pegaditos pegaditos y con paso pequeño, así nos sentíamos más seguros hasta que oímos como mi vecina cerraba de un portazo y echaba el cerrojo.

Cuando fui consciente de dónde nos estábamos metiendo, abrí los ojos como platos e intenté asumir lo que nos rodeaba en la casa de esa anciana.

Había una mesa cubierta por sabanas blancas bañadas en algo que desde esta distancia parecía sangre. Las velas daban el tono aún más lúgubre por la semipenumbra que daba a la estancia. Un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando distinguí un bulto en la mesa donde estaban las sabanas junto con varios objetos extraños.

Aquello parecía un ritual de brujería... ¡Tenía que tratarse de una broma!

¡Pero no lo era! Nos acercamos poco a poco y vi que lo que había en la mesa aún se movía, mi corazón empezó a latir rápidamente pero pensé que teníamos que acercarnos sí o sí porque si aún se movía es que aún estaba viva. Así que fui hacia el bulto y levanté la sábana pero mi vecina rápidamente me separó de un manotazo.

Al sentir su piel rozando la mía, un frío glacial hizo que mis pelos se pusieran como escarchas, esa mujer no sólo daba un yuyu tremendo, sino que la energía que desprendía, me hacía pensar que no podía ser humana. Entonces fue, cuando me di cuenta que no tendríamos que haber entrado a su casa, pero ya era demasiado tarde, y lo que había debajo de aquella sábana comenzaba a sacudirse y a moverse, y la sábana que tapaba lo que hubiera ahí, empezaba a deslizarse, y nos estaba mostrando, nada más y nada menos que...

Una extremidad deforme, no sabíamos que parte del cuerpo era, si brazo o pierna, la sábana continuó deslizándose y apareció delante de nosotros una especie de ser pequeño, parecía una niña pero no de este planeta, tenía grandes ojos saltones, la boca le llegaba de lado a lado de la cara y pudimos ver que tenía un gran agujero en el pecho, como si nuestra vecina le hubiese estado haciendo la autopsia.

Yo miraba aquel pequeño ser, y no podía creer lo que veían mis ojos, por muy rara que fuese su apariencia, nadie se merecía lo que mi vecina estaba haciendo.

De pronto mis ojos se abrieron con horror, aquel ser me estaba mirando profundamente, no sé qué era lo que estaba ocurriendo realmente allí, solo que su mirada me hablaba, y yo del shock, no entendía que era lo que quería.

Poco a poco fui notando algo dentro de mi mente, ese ser estaba penetrando en mí, notaba que podía leerla e incluso comunicarse conmigo. Empecé a sentir lo que ese ser sentía, una mezcla de dolor, miedo y odio contra mi vecina. Tras un minuto manteniéndonos la mirada note que mi mente perdía el control de mi cuerpo y que el ser lo manejaba, me asusté al notar lo que iba a hacer..

—¡Dios mio!.. ¿Qué me está pasando?  —Grité dentro de mi mente, al notar cómo me desvanecía, tenía miedo de las imágenes que por un segundo había visto, pero no tuve control sobre mi persona, y caí, cada vez más, en un profundo sueño, sueño del que no sabía si me podría volver a despertar...

—¿Por qué mi miran así? —Se preguntaba el ser, al ver todas las miradas fijas en la joven que acaba de poseer.

Tardé poco en recobrar el conocimiento y ese ser me instó a que fuese a por mi vecina, a que intentase quitarle el cuchillo y liberarla de las posibles futuras torturas que tenía pensado hacerle, así que cuando la vi un poco despistada me acerqué lentamente y salté sobre ella cayendo encima.

No solo luchaba contra este ser y lo que me instaba a hacer, sino que también, tenía que recobrar el control de mi cuerpo, y esto estaba siendo mas difícil de lo que yo pensaba. Sin tener el control del todo, avanzaba hacia mi vecina, con su cuchillo lleno de sangre, y rezaba cada vez más fuerte por poder luchar contra ella, sin que mi cuerpo sufriera las consecuencias.

Lucha me dije, Lucha... Toma el control, Sal ser de mí... Yo soy más fuerte de lo que tú eres... Gritaba mi mente, y notaba, como con cada latido de mi corazón, iba recobrando el control. ¡

Y lo conseguí! Pero para mi sorpresa descubrí que mi vecina estaba viniendo hacia mí, con el cuchillo en mano, un crucifijo y hablando en latín...o arameo.

¿Quién sabe? Solo sé que venía hacia a mí con la clara intención de clavarme el cuchillo y sacarme el demonio de dentro, según dijo, igual que hizo con el ser de la mesa.

En el momento que se acercaba a mí con el cuchillo, levanté el pie y le di una fuerte parada, si ella creía que iba a poder conmigo iba lista. No soy persona de dejarme avasallar por nadie, así que le planté cara, iba a tener que trabajarlo mucho para hacerme daño. Además mi familia pronto reaccionó y vinieron en mi auxilio, intentando sujetar a esta bruja, cuando de pronto, para estupefacción de todos, el ser que aún se hallaba en la mesa, cogió a mi vecina por la pierna y empezó a hacer un ruido raro.

Vimos como a cámara lenta, como el ser se colgaba del cuello de la bruja anciana repitiendo unas palabras incomprensibles para nuestros oídos, nos quedamos mirando la escena sin poder reaccionar, cuando de repente una especie de explosión surgió desde donde nuestra vecina forcejeaba con... aquello. Un gran destello en forma de luz blanca nos sorprendió, hasta deslúmbranos y hacernos reaccionar.

Todo parecía a cámara lenta, pensando en ello hoy en día, aún no puedo creerme lo que sucedió, pero también sé que era algo inevitable.

La vieja bruja se estremecía y gritaba, aquella luz le estaba haciendo daño, y me quedé sorprendida, cuando el cuchillo ensangrentado se giró hacia su cuerpo y empezaba a descender sobre su corazón. En el fondo me sentía mal, yo conocía a mi vecina de hacía tiempo y nunca se había comportado así, era raro, así que algo estaba poseyéndola para que se comportarse de ese modo tan extraño. Así que interferí en la trayectoria del cuchillo y me enfrenté con el ser porque seguro que algo pasaba que escapaba de nuestra comprensión.

Luché y luché con mi vecina, le grité:

 —¡Para! —Pero ella seguía sin hacerme caso, era como si estuviese en trance. Pero cuando me miró y me fijé en sus ojos, me di cuenta de que ella no era un ser maligno, sino que el ser extraño que estaba en su casa era el causante de todo lo que estaba pasando; y que ella, era solamente una vieja extraña, pero no malvada. Fue entonces cuando me dio pena de verdad, porque no se merecía morir de esa manera, y fue cuando me esforcé y le pedí a gritos a mi familia que me ayudara a detenerla, pero...

El ente y su luz no se daban por vencidos, así que se me ocurrió que si podíamos desviar la luz de alguna manera... ¡Sí! Con un espejo podría funcionar, así que fui a la entrada y cogí el que allí había, pesaba bastante así que pedí ayuda. Mi madre y yo nos acercamos a la luz y colocamos el espejo para que enfocase al ser el cual empezó a soltar un chillido muy molesto, todos nos tapamos las orejas mientras el ser se retorcida y chillaba.

Chillaba tanto, que parecía que los tímpanos me iban a estallar, pero veíamos, como la luz penetraba cada vez más y más, en esta forma extraña, y el ser si iba consumiendo por segundos, aparte de que un olor horroroso empezaba a salir de su cuerpo putrefacto, mis ojos lloraban sin poder evitar esos gases que apestaban a muerte, pero cuando creíamos que lo habíamos vencido, fue y el espejo empezó a quebrarse, entonces me dije, mal asunto... Y ni corta ni perezosa me acerqué al ser con el cuchillo de nuestra vecina y acabé lo que había empezado la misma. Se lo clavé en el agujero que tenía en el pecho y lo atravesé de lado a lado y de arriba abajo, estaba encendida así que me ensañe pero bien con ese ser, ¡ya bastaba de tanta tontería y de intentar hacernos daño!

Pero para nuestra gran sorpresa, la luz se fue derechita hacia mi vecina y entró en ella tan rápidamente, que si hubiese parpadeado, me lo hubiera perdido.

¿¿Qué íbamos a hacer ahora?? Mi familia me miraba, preguntándome con la mirada, pero yo no sabía qué hacer, no podía girarme y matarla.

¡¡Ay Dios mío!!... Estábamos metidos en un lío, del cual no sabíamos ninguno como salir.

De pronto hubo un apagón que me salvó el pellejo ante tantas miradas y acabé la faena. Me libré de los cuerpos antes de que volviesen a encender las luces, tenía que salir de allí rápidamente para librarme de los cuerpos y así cuando se encendieran las luces podría pasar desapercibida y sin pruebas de lo que allí había pasado.

Por esto, cogí a toda mi familia y a toda mecha corrimos escaleras abajo, no pensaba volver a subir ni loca. Quería pensar que todo había sido un sueño provocado por mi mente inquieta, y muy desarrollada que tenía en estas fechas tan especiales.

Seguro, que mañana me despertaría y todo lo vivido seria solo eso, un mal sueño.