«Todo comenzó como un juego, un juego que sin darme cuenta se volvió peligroso». Después de muchos años de esfuerzos continuos dedicados a prosperar en su carrera profesional, Paola comienza a sentir los primeros síntomas de agotamiento psicológico. Siguiendo los consejos de su excéntrica tía Mati, inicia unas solitarias vacaciones en el sur de Portugal, con la intención de descansar y disfrutar de los pequeños placeres que le ofrezca la vida y, en especial, del amor. Nada más llegar a Monte Gordo recibe un mensaje de un desconocido. Se presentaba como Logan, francés, propietario de una galería de arte en Montpellier y dispuesto a encontrar a la mujer de su vida en cualquier parte del mundo. Guiada por la curiosidad y, a modo de juego, se embarca en una romántica relación virtual. Inesperadamente, Logan tiene que viajar a Costa de Marfil. A partir de entonces la sucesión de una serie de extraños acontecimientos le harán tomar una determinación. Sin que él lo sepa Paola decide viajar a África para descubrir quién es realmente el desconocido que le ha provocado ese sentimiento. Novela de ficción, basada en hechos reales, ambientada en el sur de Portugal y en Costa de Marfil en la que se describe, a través de aventuras, intriga y entrañables personajes, cómo actúan, seducen y todo lo que puede haber detrás de los llamados «estafadores románticos».
Ficha del libro
Los personajes nos hablan de la novela:
***
Hola, mi nombre es Paola. Cuando era pequeña con frecuencia soñaba con una bruja que sobre su cabeza flotaba una preciosa estrella dorada difícil de alcanzar. Durante toda mi vida he intentado alcanzar esa estrella, la felicidad. Pensé que logrando el éxito profesional la conseguiría, pero estaba equivocada… Me falta el amor.
Ahora estoy de vacaciones en las bonitas playas del sur de Portugal dispuesta a enamorarme y, he conocido a dos hombres, Martín y Logan.
Martín es un hombre de cuerpo atlético y con unos preciosos ojos verdes. Físicamente me atrae, pero no tiene una buena conversación.
A Logan lo he conocido de casualidad. Ha contactado conmigo a través de la red. Por sus fotos es un hombre guapo, de complexión fuerte, con una amplia sonrisa y una dentadura perfecta. Aunque lo que más me atrae de él es su forma de ver la vida y, sin darme cuenta, me estoy enganchando a sus románticos mensajes. Pero es un hombre virtual, vive en Francia y, Martín, es real y está de vacaciones, como yo, en Portugal.
Una escena para abrir el apetito:
—¿Cuáles son tus planes y qué esperas de un hombre, Paola?
—En estos momentos no tengo planes, pero pienso que el objetivo es ser feliz —contesté sin querer darle muchas explicaciones.
—A mí no me importa la edad, la distancia o el color. Para mí lo importante es la belleza del corazón, la lealtad y la confianza. He conocido a mujeres muy hermosas y atractivas que me han hecho sufrir en la infidelidad. Ahora lo que quiero es una mujer buena y fiel, con la suficiente capacidad para recibir toda la felicidad que le voy a dar. Cuando amas a una persona debe haber complicidad, tolerancia, respeto, fidelidad y comprensión. Esa es mi idea de una relación amorosa. Soy un hombre que necesita amor. Para mí el amor es la más hermosa de las virtudes. Sacrificarse si es necesario, enojarse y cambiar de tema y más tarde, con comprensión, volver a la discusión con más calma. El amor debe ser mutuo entre dos personas, no entre diez, espero que me entiendas.
—Me encanta cómo piensas y cómo te expresas. Para ser francés escribes bien en el idioma español.
—Utilizo traductor, es fantástico. Paola, te voy a dejar que descanses.
Me quedé pensativa. Había contestado a todas sus preguntas como si de un juego se tratara, pero realmente cada vez que hablaba con él me sorprendía más.
«¿Tendré el perfil que está buscando en una mujer? No lo creo, el mundo está lleno de mujeres, pero me da igual, es entretenido chatear con él».
El encuentro…
Las ocho en punto. El corazón me latía de tal manera que hasta el recepcionista del hotel lo podía escuchar. Un hombre entró en el hotel, de unos metro ochenta de altura, complexión fuerte, brazos musculosos, cuello ancho. Tenía que ser él.
Observé cómo se paraba en el centro del hall buscando a alguien hasta que me localizó. En ese momento mis piernas comenzaron a temblar, veía como caminaba hacia mí, pero me resultaba imposible moverme. Por suerte, esa sensación duró solo unos segundos y, levantándome del sofá, me acerqué hasta él y tiernamente me abrazó.
—Hola, mi amor, eres más hermosa que en las fotos.
—Hola, Logan. Estoy muy feliz de verte —dije con timidez.
Días después…
Logan me abrazó. De pronto levantó uno de sus musculosos brazos y observé que en su mano tenía una inyección. Suavemente intenté apartarme, pero él me lo impidió. Sentí miedo y comencé a forcejear con él, pero era imposible. Mientras que con uno de sus brazos me sujetaba con fuerza la cintura, con el otro me clavó la aguja.
—¡No! ¿Qué has hecho? ¿Por qué me has clavado una aguja? ¿Es una inyección? ¿Qué me has inyectado? Necesito que me lo digas. ¡Dímelo! ¡Dímelo! ¡Dímelo! ¡Dímelo!
Desde LecturAdictiva damos las gracias a Lara Leims por la presentación.
Gracias por contar conmigo en el estupendo rincón del escritor. Una idea original, divertida y entretenida de presentar la novela a través de sus personajes, enhorabuena. Encantada de participar :)
ResponderEliminarGracias a ti Lara! Un abrazo
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