Entrevista: Patricia A. Miller

Patricia A. Miller es el seudónimo tras el que escribe esta alicantina nacida el 9 de febrero de

1978. Después de finalizar sus estudios de animación sociocultural, ha dedicado su tiempo a trabajar por y para la juventud de la Provincia de Alicante, primero a través del tejido asociativo, luego del empresarial y finalmente desde la administración pública.
Compagina su trabajo con la escritura, pasión que le viene desde bien pequeña; con la lectura, inculcada por su madre.






• Descríbete a ti misma como lo harías con un personaje de tu novela.
Mi nombre es Patricia A. Miller, la Miller para mis compañeras de editorial y para la gente del mundillo que me conoce un poco más. Mi vida no ha estado marcada por grandes acontecimientos ni por logros colosales que me hagan ser una persona especial. Al contrario, tengo una gran familia a los que adoro, un trabajo como técnica de juventud en una administración pública que me encanta y un montón de aficiones de las que intento disfrutar de vez en cuando para evadirme del estrés y de los problemas del día a día. La escritura, a día de hoy, es la mayor de esas aficiones, una que, poco a poco, se está convirtiendo en algo esencial para mí. 
Escribo desde que tengo uso de razón. Yo siempre fui la tonta que iba con la libreta y el boli, anotando todo lo que pasaba, para consternación de mis compañeras de clase. A pesar de haber estudiado ciencias puras, de gustarme las matemáticas, la química y la biología, gané dos años seguidos el premio de literatura del instituto en el que estudiaba y eso, o decía mucho de mí o decía muy poco de los que eligieron la rama de letras jajajaja.
Mis 24 horas diarías están tan estructuradas que a veces no me quedan minutos ni para estornudar, pero imagino que eso es lo que le sucede a la mayoría de las mujeres que, como yo, son madres, esposas, trabajadoras y escritoras. Eso sí, siempre tengo algún segundo en la recamara para quien me necesita. Tal vez por eso, por norma general, voy más de culo que San Patrás :P

• ¿Por qué decidiste escribir romántica?
Porque he sido lectora de romántica desde siempre. Cuando acababa una historia y hacía ese pequeño balance que hace nuestra cabeza al finalizar una novela, me veía creando escenas paralelas al texto, más intensas, más intrigantes, más… a mi manera, que diría Sinatra. Un día, alguien me dio el empujoncito que necesitaba y me lancé al ruedo.
No me arrepiento de haber dado ese paso, ni de dedicarme a este género que, a día de hoy, es lo mejor que nos ha pasado a muchas. Y ¿por qué? Pues porque la sensación que te deja una historia de amor en el cuerpo no te la deja ningún otro género. Me gusta sentir ese cosquilleo de emoción cuando leo y me encanta que la gente lo sienta cuando me lee.

• ¿Eres escritora de brújula o mapa?
De brújula, sin duda. No voy a lo loco, eso sí que no. Me estructuro muy bien los contenidos de mi novela, la documentación, los personajes, las tramas posibles, pero luego me siento delante del teclado y dejo que vuele la imaginación, que los personajes me guíen, siempre con cierto control, claro.
Solo he usado método estricto de escritura en una de mis novelas y aún no ha visto la luz. Me costó mucho decidirme a reservarla para otro momento, porque fueron meses y meses de documentación y escritura, pero el método le quitó el componente emocional que cada autora imprime a sus personajes y el resultado no me convenció. Es una buena historia y verá la luz cuando esté preparada pero antes tengo que desmontarla y darle el toque Miller.

• ¿Cuánto tiempo aproximadamente tardas en escribir una historia?
Ufff, bastante. Entre 4 y 10 meses, sin contar con el periodo de corrección. 
Dependiendo de lo complicada que sea y de lo difícil que resulte el periodo de documentación, se puede alargar la escritura de una forma bestial. También es verdad que le dedico solo entre 3 y 5 horas al día, siempre por la noche. Me encantaría pasar el día entero escribiendo, pero no puede ser. Así que voy sin prisa, pero sin pausa. Bueno, me olvido de ordenadores y teclados los fines de semana, por el bien de mis relaciones familiares jajajaja.

• ¿En quién te inspiras a la hora de crear tus personajes?  
Me inspiro en la situación en la que quiero encuadrarlos. Es decir, no parto de unos personajes para crear una historia, sino al contrario, es la historia la que me lleva a los personajes y luego son ellos los que la encauzan con sus vivencias. Hago algunos esquemas de cómo deberían ser sus personalidades o los sucesos pasados de sus vidas para que después tengan más o menos relevancia en las tramas. No es raro que, una vez escritas 200 páginas, surja un dato curioso que incluir en alguno de los protagonistas y me toque rehacer un millón de escenas para que ese detalle tenga peso en el trascurso de la novela.

No suelo utilizar vivencias personales, ni mías ni de nadie, para crear momentos interesantes en los libros, la verdad. Soy más de “la imaginación al poder” y que sea lo que ellos quieran.

• ¿Qué es lo más divertido que te ha pasado en tu faceta como escritora?
Han sido varias historietas las que me han pasado desde que escribo, pero una de las que más recuerdo y que aún me hace reír (a mí y a todos los que estábamos allí), me sucedió en la oficina en la que trabajo. Apareció un mensajero con un paquete para Mis Miller, y mis compañeros me señalaron descojonados. Yo me levanté y firmé la recepción del paquete. Parecían libros y no me sorprendió, la verdad. 
Como no es raro que lleguen paquetes así, ni me fijé en el remitente. Cuando lo abrí, eran catálogos de ortodoncia y tratamientos dentales. Miré el albarán de entrega y resultó que el destinatario del paquete era My Smile, la clínica dental que hay en el piso de arriba. ¿Os imagináis las risas? Creo que estuvimos riéndonos durante semanas y claro, la coña de Miss Miller se ha quedado para los restos.

Podéis obtener más información acerca de ella y sus libros pinchando aquí.

Desde LecturAdictiva queremos dar las gracias a la autora por esta entrevista.