Océanos de sangre es un libro de temática romántica gay que se desarrolla en un mundo imaginario, el cual, como manifiesta uno de los protagonistas: “es un mar infinito”. La historia narra el encuentro entre el Capitán Ireeyi, que soporta sobre sus hombros el peso de una venganza irrealizable, y Kert, un joven ingenuo e idealista capaz de amar por encima de su propio juicio, y la forma en que este encuentro marcará para siempre la existencia de ambos. Página tras páginas recorreremos los mares al sur de Parvilian siguiendo una ruta que nos irá mostrando el pasado del Capitán así como el presente, lleno de incertidumbres y dolor, de Kert; una ruta teñida de sangre donde el odio es una forma de vida y el amor un imposible.
Ficha del libro
Ella nos habla de la novela:
Kerenter de Loverialen.
Mi nombre es Kerenter de las tierras de Loverialen. Hay quien me apoda “pececito” y también “traidor”, pero vosotros podéis llamarme Kert. Fui marinero en la goleta Escualo, hasta que nos cruzamos en el camino del Demonio Blanco y mi mundo quedo desbaratado. Había oído contar terribles historias sobre el Capitán Ireeyi, el pirata más peligroso de los mares al sur de Parvilian, llamado el Demonio Blanco por sus enemigos, pero nunca imaginé que aquel ser sanguinario y cruel, obsesionado con una venganza imposible, se convertiría en el hombre al que llegaría a amar más que a mi propia vida. Un hombre por el que estaría dispuesto a empeñar mi alma y mi cordura.
A menudo recuerdo el instante en la cubierta del Dragón de Sangre en que nuestras miradas se encontraron por primera vez; quedé asombrado de su juventud y fascinado por la insólita belleza que su cabellera blanca y la expresión vacía de toda humanidad de su semblante le otorgaban.
Aquel día no debí asomarme al vacío de sus insondables ojos negros, pero lo hice…, y me perdí en ellos para siempre.
***
Capitán Ireeyi.
¿Queréis saber quién soy? Mi tripulación me llama Capitán Ireeyi, mis enemigos el Demonio Blanco. Soy la peor pesadilla de los clanes Oren y Mayanta y existo para exterminar a esos perros. Mi pasado no os incumbe, mi futuro es morir aniquilando Malditos. No doy valor más que a la lealtad, y nada ni nadie puede desviarme de mi venganza, y mucho menos ese traidor descerebrado de Kert. Para mí solo es un cuerpo más, uno de los muchos que he gozado poseyendo; hermoso, sí, ardiente, también, delicioso como pocos, pero iluso y débil de carácter. Nunca antes había contemplado unos ojos semejantes a los suyos, de un verdor irreal, como las aguas de la bahía de Thlalocán; pero, ¿qué importancia puede tener? El sexo es solo placer y sudor, el amor un mito, y Kert un traidor que a punto estuvo de perder la vida por salvar a un Maldito.
Aquel día en el acantilado fui débil, algo que no me puedo permitir. Fui débil y no solté su mano, y temo que voy a arrepentirme de ello.
Una escena que abra el apetito:
[…] Y mientras la suavidad de la afilada hoja marcaba una línea perfecta sin llegar más que a cortar la tersa piel de la garganta de Kert, el Capitán, aturdido, enfurecido, desarmado, abrió su boca y con descarnada ira la llenó con los labios del joven.
El dolor de aquel beso, furioso, vengativo y obsceno, hizo olvidar a Kert la fría hoja acariciando su piel. Se agarró con ambas manos a las caderas del Capitán y se entregó por completo a la caliente embestida de la lengua de este, a sus mordiscos, a sus labios que abrasaban. Ireeyi le empujó sin miramientos, haciéndole caer al suelo. Se sentó a horcajadas sobre su vientre y, sin dejar de besarle, clavó con un gesto abrupto la daga en la tierra, a la altura de la cabeza del joven. Sus manos se precipitaron hacia el cuerpo de Kert buscando la piel bajo la ropa. Sus dedos rasgaron la tela de la camisa, desabrocharon hebillas. Con un impulso impaciente se incorporó, deshaciéndose de la casaca, que tiró a un lado, sacando por encima de su cabeza la camisola que vestía. Al descubierto quedaron las incontables cicatrices abiertas por el látigo que tapizaban como una urdimbre maldita su pecho y su espalda. Por un instante detuvo sus aceleradas evoluciones y bajo el resplandor lunar contempló el hermoso rostro del joven arrebatado de pasión, presidido por dos pupilas vidriosas y una boca húmeda y palpitante que, agitada, reclamaba ser atendida. En su estilizada y flexible garganta, una delgada línea roja marcaba el lugar donde la hoja había hecho brotar un hilo de sangre. Precipitándose nuevamente sobre él, le agarró con ambas manos los cabellos, forzándole a mostrarle el cuello. Su lengua recorrió la exigua herida, más furioso que deleitado, inmerso en una confusión de emociones que le llevaban del desasosiego a la rabia y de ahí a un extraño alivio. Fue entonces cuando oyó los primeros gemidos de Kert, prolongados y profundos, y sintió todo su ser precipitarse hacia un deseo tan violento como irrefrenable. […]
estoy deseando leerlo, me encanta esta autora y con la presentacion aun mas.
ResponderEliminarYo tuve el agrado de leerlo y no puedo decir en cortas palabras lo que este libro me hizo sentir... Aquí les dejare el Link de mi reseña... Esperando que los enamore aun mas de este libro que con tan buena presentación prácticamente se vende solo.
ResponderEliminarhttp://elreflejopurpura.blogspot.com/2015/08/resena-oceanos-de-sangre.html?m=1
Una presentación fantástica.
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