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Harley R., Patricia Sutherland
Editorial: Jera Romance / 30 noviembre 2013 ISBN: 9788494138010 Papel: 15,00€ Páginas: 524
Editorial: Jera Romance / 30 noviembre 2013 ASIN: B00GZYKQGS Ebook: 2,99€ Páginas: 526
Género: Contemporáneo
Serie: 2º Moteros
Para Abby nunca ha habido nadie más que Dakota, un motero con el que sueña despierta desde que iban al parvulario, pero ahora sabe que sus sueños nunca se harán realidad porque él no está enamorado de ella, sino de Tess, su hermana mayor.
Prendada de un hombre que el destino ha querido convertir en su cuñado, sintiéndose traicionada por su propia hermana y dolida con su familia que parece haberse puesto de su parte, Abby se precipita al vacío de la depresión, un abismo del que, haga lo haga, no consigue salir.
Cuando aquella mañana, sin saber cómo, amanece en la cama de Evel, el mejor amigo de Dakota, Abby comprende que ya no puede caer más bajo. Ha tocado fondo y aquello es el fin.
Pero todo fin lleva implícito otro principio.
Este nuevo comienzo la introducirá en el fascinante mundo de los amantes de las motos y el tuneo, donde descubrirá su auténtico talento, y allí, entre piezas de recambio y aceite para motores, tendrá la ocasión de conocer al verdadero Evel, un hombre afectuoso e intuitivo cuya generosidad marcará la vida de Abby de forma definitiva.
Un hombre tan cautivador como precavido a la hora de entregar su corazón a una mujer con quien Abby descubrirá, en circunstancias difíciles, que tiene más cosas en común aparte de la pasión por el arte, las motos y el chocolate...
Creo que me
faltan palabras para empezar lo que quiero que sea una crítica perfecta. O, al
menos, una crítica que esté a la altura de una novela perfecta.
Ahora bien,
¿a qué llamamos una novela perfecta? ¿Cómo se puede valorar la perfección si no
es de forma subjetiva?
Si no eres
capaz de explicar cómo, ni por qué, ni consigues encontrar la manera de exponer
lo que has sentido con un libro es porque, sin duda, te encuentras ante la obra
maestra de la perfección. Así me he sentido y me siento yo, incapaz de
describir con palabras las mil sensaciones y los infinitésimos sentimientos que
“Harley R” ha despertado muy dentro de mí. Pero tan, tan dentro, que creo que
me he dado cuenta de que no tengo fondo.
Así es como
he descubierto que cuando una historia te llena de sueños, te pone estrellitas
en los ojos, te emociona, te hace derramar lágrimas de tristeza y de alegría,
te eriza el vello de los brazos, provoca que se te encojan los dedos de los
pies,… y una larga sucesión de sensaciones más… es porque has tropezado con una
novela perfecta.
Y esta
perfección está compuesta por los tres factores más importantes en el mundo
literario: una redacción impecable, una trama que pone a flor de piel los
sentimientos y unos personajes reales como la vida misma que adoras con sus
defectos y virtudes.
1.
La
redacción es, quizá, la parte que se puede valorar de forma más objetiva. No se
puede negar que se notan las tablas de la autora, no sólo en su amplitud de
vocabulario, también en la forma ordenada y coherente en la que redacta la
historia.
Los
acontecimientos cotidianos de la vida están dirigidos sin ser llevados a los
extremos. Los sentimientos se despiertan despacio y veraces, lejos de las
prisas a las que nos están acostumbrando en las temáticas que se publican
ahora. La confianza personal, la madurez, la lucha interna, las relaciones
familiares,… aquello que forma parte de nuestra vida, de lo que no somos
plenamente conscientes en cada momento, se hacen patentes y nos muestra el
verdadero valor que le tenemos que dar cada día.
Pero
lo que más fascinante me ha parecido, ante lo que siento la necesidad de
quitarme el sombrero, es la manera tan magistral en la que ha sabido plasmar la
evolución de unos personajes que son tan humanos como cualquiera de los que
circulamos por la calle un día normal y corriente.
2.
Y
esto me da pie a enfocarme en la trama y en los personajes, dos aspectos que,
por mucho que me gustaría desgranar de forma independiente, van de la mano.
Quizá
debería empezar por los personajes: Evel y Abby. O mejor dicho, Abby y Evel.
Porque no puedo empezar a describir a Evel sin presentar primero a Abby.
Abby
es el claro ejemplo de lo que os comentaba en el punto anterior. La evolución
en persona. Y aquí me vuelvo a quitar el sombrero. Si la novela es extensa es,
precisamente, porque se trabaja de pleno la evolución personal de una joven que
tropieza con la vida y debe aprender a madurar y a aceptar que las cosas
suceden por algo.
Abby
ha estado enamorada toda la vida de Dakota, su vecino. Y su mundo se sale de su
eje en el momento en el que descubre que el motero de pelo largo está enamorado
de su hermana Tess. Y no sólo eso, también que su familia minimiza sus
sentimientos achacándolo a un capricho infantil y tonto. Cuando estás
enamorada, y no recibes comprensión, la soledad que te embarga hace que te comportes
de una forma impropia en ti; y esto es lo que le pasa a Abby. Desorientada
porque los sentimientos con los que ha vivido toda su vida se desmoronan,
perdida porque no termina de encontrar su camino, y cansada por una sucesión de
acontecimientos asolan su vida, provocan que conozcamos en “Princesa” a una
chica infantil, algo caprichosa, inconformista e inmadura que esconde su dolor
tras un muro de absentismo e inseguridad y que tendrá que encontrar su destino
en “Harley R”.
Doblemente
herida y traicionada, nos va a dar una gran lección en cada una de las páginas
que vayamos pasando. Una lección de madurez, fortaleza, empuje, dulzura, lucha.
Una lección de vida, claro ejemplo de que todo túnel oscuro tiene su resquicio
de luz al final. Sin duda, la terminas queriendo, respetando y admirando a
partes iguales.
Algo
que no sería posible sin Evel, el mejor amigo de su vecino. Un hombre que, con
su dulzura y sutil insistencia, le enseña a Abby un tipo de amor muy distinto
al que ha conocido hasta ahora… más real, más significativo, más para toda la
vida, de ese que llega y se queda porque te hace inmensamente feliz.
Y
aquí es donde empiezo a suspirar, babear, a sonreír como una idiota mientras me
pregunto cómo es posible, CÓMO, que Patricia Sutherland haya creado un
personaje que no es personaje. Me explico. ¿Cuántas veces nos hemos “enamorado”
de un protagonista en concreto? ¿Cuántas veces hemos dicho: “yo quiero uno
así”? Y ¿cuántas veces lo hemos hecho sabiendo que, por mucho que quieres uno,
no existe ni va a ser posible que exista porque leemos es ficción?
¿Y
si yo os digo que “Harley R” es una historia inventada pero no idealizada? Es
decir, evidentemente, Evel es ficción. Pero, por una vez, me he encontrado con
un hombre REAL. Vale, la historia es ficticia y el hombre real… ¿cómo se come
eso? Pues sencillamente sabiendo que existen hombres como él. No está
idealizado, ni es un super mega hombre que se lleva de calle a todas (aunque a
mí me ha tenido y me sigue teniendo loquita).
Evel
es un hombre normal que tiene un agudizado sentido de la humanidad que provoca
que caigas con todo el equipo. Introvertido, prudente, romántico, generoso,
leal, maduro, ESPECIAL. Me he encontrado, de sopetón, con el hombre con el que
me gustaría compartir mi vida. Digamos que si me cruzo algún día con un hombre
así, sé con certeza que me voy a enamorar de él, porque no tienen parangón. Es
ÚNICO.
Perfecto
sin ser perfecto. Cala hasta la esquina más escondida de tu corazón.
Paciente
y prudente, evidentemente temeroso de sufrir, es el primer implicado en la
evolución de Abby. Sutilmente entra en su vida y le da una vuelta completa
encaminándola en la dirección correcta.
Una
historia de amor sin prisas, que crece con el marcaje de los segundos del
reloj. El sentimiento se va gestando firme como la piel juvenil, inexorable
como las montañas, tranquilo como el sonido de la naturaleza, dulce como el
chocolate derretido.
Por su
intensidad…
Por la emoción
que ha despertado en mí…
Por las
carcajadas que me ha provocado…
Por el
limbo mágico en el que aún me mantiene (cuatro días después de haberme
lamentado por pasar la última página)…
Por la
sensación de ansia y desesperación, bañado de temor, con el que he acabado el
libro… sabiendo que debe llegar a su fin, que necesitas acabar, pero que
inconscientemente quieres aplazar para que te dure toda la vida, porque sabes
que no podrás volver a sentir lo que estás sintiendo en ese momento…
Por la
mezcla de temor, culpabilidad, miedo, rechazo, felicidad, orgullo, cariño,
amor, libertad, empatía, desengaño,… que he ido sintiendo y aprendiendo a identificar…
Por todo lo
que he mencionado y por todo lo que he querido mencionar pero no consigo
plasmarlo en palabras, le doy un Sobresaliente de esos de dos dígitos. Un 10
que, a pesar de todo, sé que se queda corto.
Zuriñe
Me encanta, leí princesa y me gustó y al ver lo largo que era este me daba un poco de pereza leerlo además de miedo pro si los anteriores protagonistas eclipsaban a estos pero para nada!! me ha encantado, Le pongo un 9!!
ResponderEliminarhttp://mislibrosyotrashistoriasquemegustan.blogspot.com.es/2014/01/harley-r-patricia-sutherland.html
Estefania gracias por compartir tu opinión.
ResponderEliminarImpresionante crítica, Zuri!
ResponderEliminarMe dan ganas de ponerme con él ahora mismo.
Gracias!
Ya estás tardando, Cris. Es un libro alucinante :-)
ResponderEliminarImpresionante tu crítica!!! MAGISTRAL!!!!!! Cada palabra que dices es pura realidad!!!! Genial!!!!
ResponderEliminarPao