sábado, 17 de agosto de 2013

Sinfonía de silencios, Lidia Herbada

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Sinfonía de silencios, Lidia Herbada

Editorial:
Amazon / 31 diciembre 2013 ASIN: B00DSPV616
 Ebook: 2,99€ Páginas: 168
Género: Contemporáneo
Serie:
Independiente


Esta es la historia que todos soñamos vivir porque el primer amor nunca se olvida. Laura vive en los años 90, es una joven inquieta con un secreto inconfesable. Muchos sueños por cumplir y una inocencia que perder. Marcos Duarte su profesor de música marcará su vida para siempre. Al final de cada nota suena una melodía. Es el Nocturno de Chopin, que acompañará a sus protagonistas en un viaje inolvidable. ¿Podrá el amor superar todas las barreras? 

NOTA: Se ha publicado en Vergara-México en papel
 


Sinfonía de silencios ha resultado ser un canto a la nostalgia, a esa edad difícil que es la adolescencia, época de descubrimientos y sufrimientos hacia la madurez, y a la vez el regreso al presente, a la realidad, a lo que somos a pesar de los sueños que tuvimos.

Escrita con delicadeza y sensibilidad, esta novelita corta (o relato largo según como se mire) nos habla del amor, del amor a la música, del amor a las personas, de ese primer amor que marca tu juventud y de la ausencia de este. Si algo domina la historia es la prosa elegante utilizada para plasmar las sensaciones, los sentimientos, el entorno y el día a día de Laura, una adolescente algo solitaria, culta y bastante madura para su edad.

El título es  acertado, y no solo por su evocación a la música, tema recurrente en la historia, hilo conductor, tela de araña que atrapa a la protagonista, Laura recuerda su niñez, su amor por este arte gracias a su profesor, él le redescubre su verdadera pasión a la vez que establecen una relación platónica que se plantea  con buen gusto y realismo.

Lo que se nos cuenta está escrito de tal manera que parece que el lector se encuentre ante una partitura musical, con un estilo poético, que proporciona una cadencia que hace que la lectura sea fluida y equilibrada.

En su interior hay dos partes bien diferenciadas, la primera se centra en la vivencias del pasado, en ella somos testigos del renacer de una Laura adolescente que vive a caballo entre su familia de clase media alta un tanto desestructurada (padres divorciados, madre ausente, padre que trabaja fuera de casa largas temporadas y tía de épocas pasadas con mentalidad antigua), un colegio de monjas aún no mixto, una amiga “casquivana”, un amigo de toda la vida enamorado de ella y una época, el inicio de los años 90.
Ese entorno tan ecléctico como peculiar fraguará su personalidad, Laura es poesía por sí misma, es inquieta, es culta, es refinada y tiene las ideas claras. Florece a la adolescencia con el anhelo que proporciona el primer amor, que se vive con intensidad y dolor sobre todo cuando no es correspondido. Esta primera parte logra meterse en el bolsillo al lector más sensible y si encima fuiste jovenzuelo en esa época pues te toca un pelín la fibra, la verdad.

La adolescencia de Laura es el romanticismo del Nocturno de Chopin, son  días viendo “Padres forzosos”, son los jóvenes Tom Cruise y Rob Lowe inmortalizados en posters, uniformes de colegio religioso, Grace Kelly, un sinfín de títulos cinematográficos de una amante del cine cuyo gusto le aporta un toque pedante algo encantador, son días de discoteca, carnets falsos, canciones algo horteras, cigarrillos a escondidas, primeros besos, cintas de casete y vhs, asignaturas de arte, Roma, sueños de futuro, marcas de gusanitos y pastas de dientes, es esa sinfonía silenciosa con Marcos, es ese silencio que acontece tras la pérdida del amor… son muchas cosas…

Y luego viene la segunda parte, más pausada, menos musical, real como la vida, Laura es una adulta un tanto infeliz que parece descubrir lo que es querer gracias a su hija y  que ha tomado decisiones importantes en su vida por inercia.

Una mujer insatisfecha que conserva recuerdos de juventud y a los amigos de entonces, una mujer en la que sigue habitando en el interior esa joven soñadora que se frustra cuando se topa con la realidad, hasta que un día el destino hace que los sueños se cuelen en esta y vuelva a sonar en un piano Chopin.
Sinfonía de silencios es un claro ejemplo de cómo una idea sencilla, bien escrita y bien desarrollada, que tiene claro lo que nos quiere contar y que no mezcla cosas sin sentido (no importa el género de lo narrado) da como resultado una historia deliciosa, que logra transmitir emociones, y enganchar, esa mezcla de nostalgia, realismo, intimismo y cuento de hadas funciona.

Lo he disfrutado mucho, y ¡qué narices! tras su lectura no he podido dejar de lado la sensación de que lo que he leído es muy  bonito.

Puntuación: 8

Vane 

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