miércoles, 7 de mayo de 2014

Relato "Sorteo especial día del libro"


Este es el resultado del juego que propusimos con motivo del Sorteo especial DÍA DEL LIBRO. Un relato que tiene principio y no tiene fin. Comenzando la primera con esta frase: Unos gritos de placer despertaron a todos aquel día de primavera...
En breve asignaremos los números para dicho sorteo.





 Unos gritos de placer despertaron a todos aquel día de primavera... y Lucia se desperezó pensando... madre mía... que envidia, ¿cuánto tiempo hace que no he sentido lo mismo? Quizás demasiado pues no recordaba ni el momento, ni el lugar, ni siquiera con quien. Era el momento de cambiar su vida y arriesgarse...

Así que decidió comenzar el día de otra manera. En lugar de ir a trabajar y hacer los quehaceres de cada día, estaba decidida a comenzar de nuevo. Cogió el teléfono, llamó a su jefe para decirle que no podía ir, que estaba enferma (y en realidad lo estaba, por escapar de aquella rutina); se duchó, se puso un bonito vestido primaveral que remarcaba sus curvas y unos zapatos con un tacón de salón que la hacía mucho más sexy y por qué no dejar su sedosa melena castaña suelta y al viento como ella aquel día. Y salió a la calle, ¿donde debía ir? Era una pregunta difícil... Decidió bajar tranquilamente la calle hasta llegar al puerto donde los operarios estaban trabajando vaciando barcos de carga.

Se paseó tranquilamente observando aquellos cuerpos sudorosos y se fijó en uno en especial. Alto, joven, musculoso, con el mono de trabajo enrollado en su cintura con todo el torso al aire. Se notaba que trabajaba al sol pues estaba muy bronceado.

Se quedó mirándolo embobada, observando aquellos músculos tensarse al coger las cajas cargadas de pescado... hasta que el operario se giró al sentirse observado.
Ella se quedó sin aliento... unos brillantes ojos verdes la taladraron...

Eso le hizo recordar las vacaciones que pasó con su ex marido, cuando fueron a hacer un crucero por el Adriático. ¡Que felices eran! Nada hacía presagiar que apenas unos meses después las cosas se complicarían tanto, que terminarían separándose y desde entonces nada había vuelto a ser igual.

Con la cara de Chris de nuevo en su memoria, se le bajó toda la alegría a los tacones de sus zapatos. No se podía engañar, ella ya no era una dulce florecilla y sin embargo estaba allí mirando cuerpos sudorosos como una adolescente colapsada de hormonas. Se recolocó el pañuelo que Julia le había regalado en su fiesta de soltera otra vez y caminó lentamente hacia la primera parada de taxi que encontrara. Iría a la oficina, se enterraría en trabajo atrasado y todo volvería a ser normal.

Justo cuando se daba la vuelta sintió que alguien le tiraba del pañuelo. Era imposible que se le hubiera enganchado en algún sitio, pero vista su suerte igual se había agarrado en alguna grúa. Vamos que se podía ver perfectamente despatarrada subiendo con la grúa por los aires. ¡Un momento! ¿Qué bragas llevaba? Oooh sí, una sensación de alivio la inundo, si se había puesto lencería fina con aquel subidon de mañana soleada que había tenido.

Se giró y de nuevo aquellos ojos verdes la estaban mirando. Sintió que el corazón se le paraba por completo y la imagen de Chris se difuminaba en el olvido. Adiós Chris, hola desconocido...

El desconocido en cuestión que la tenía agarrada, posó sus increíbles ojos verdes en ella y no pudo evitar el estremecimiento que recorrió su cuerpo por su intensa y ardiente mirada. Sintió que el tiempo se detenía y que no podía apartar la mirada de él. No tenía ni idea de cuanto tiempo había pasado cuando se percató que no podía prolongar más la escena sin decir nada, ni quedarse más tiempo embobada mientras él la mantenía sujeta por el pañuelo, por lo que se armó de valor, aclaró su voz y le soltó:
—Muy bien señor musculitos, ¿qué tal si dejas tranquilo mi pañuelo y te vuelves a jugar con tus amiguitos? —Aunque secretamente rezaba a todos los dioses para que no lo hiciera.
El operario al escuchar el comentario, pronunció una sensual sonrisa que la desarmó y más aun cuando escuchó su profunda y sensual voz...
—Señorita "Aires de Superioridad", ¿cómo pretendes venir aquí?, devorarme con la mirada de arriba abajo, de loba en celo, que está seleccionando a su macho, y luego darte media vuelta, como si tal cosa. Esto no se puede quedar así.
Aquel musculitos sudoroso, la atrajo hacia él, y la besó de tal manera que la dejó sin respiración y...
Se quedó pillada, no sabía qué hacer. Hacía tanto tiempo que no la besaban, que sus brazos parecían dos pesos pesados a ambos lados de su cuerpo. Podría abrazarlo por la cintura, o quizá mejor, rodearle el cuello y tocar ese pelo, que seguro sería suave, o aún mejor... ¡Callar a su vocecita interior y dejarse llevar!

Así que, eso hizo. Por una vez sus impulsos ganaron. Nada de la chica controlada y organizada. Un beso salvaje merecía una respuesta igual.

Separó los labios y dejó que la lengua del desconocido invadiera su boca. El desconocido gruñó e intensificó el beso. Parecía una lucha por la supremacía, pero en la que ambos habían caído sin darse cuenta. La respiración de ambos se aceleraba por momentos. Ella posó sus manos en el pecho musculoso de él, notaba bajo sus palmas, los latidos acelerados de su corazón. Estaba en un estado de frenesí, no deseaba que terminara nunca. Y como si de un presagio se tratara, el desconocido puso fin a su apasionado beso. La apartó como si de repente quemara. Ella no entendía nada, de repente su amante desconocido se había convertido precisamente en eso, en un desconocido. Su mirada dulce y apasionada, había sido sustituida por otra dura y afilada.
El hombre se dio la vuelta y la dejó allí, en mitad del muelle.

Una ola de calor le subió a la cara y no sabía si era por la pasión con que la había besado el guapo desconocido, o porque después la había dejado plantada sin una palabra ahí en medio. «Qué vergüenza», pensó, «pero qué manera de besar por Dios».

Sin una mirada atrás, se fue rápidamente del muelle y decidió que después de todo iba a ir a trabajar, con ese subidón de adrenalina tenía fuerzas para comerse al jefe si hacía falta y que no se pusiera delante nadie con una mala palabra porque no respondía.

Fue echando pestes hasta la oficina, no podía creer que se hubiera atrevido a besar a un desconocido y menos aún que le hubiera gustado tanto. Al abrir la puerta del despacho estaba tan ensimismada en el recuerdo de ese tórrido beso, que no se dio cuenta que se había equivocado de despacho. Y lo que allí se encontró superaba con creces lo vivido anteriormente...

Al entrar en ese despacho se encontró con su compañero de trabajo... ese que siempre intentaba seducirla... Ella hoy era otra mujer, renovada, valiente, decidida. Y esta vez no lo vio como un compañero más... no sabía hasta donde podía llegar hoy... aun estaba excitada con su encuentro con el desconocido del muelle.

Por eso se armó de valor y pensó que «de decididos al río». Con una sonrisa socarrona en la cara fue poco a poco hasta la mesa de él, lo veía tragar saliva visiblemente nervioso y a la vez descolocado. Seguramente se preguntaba por qué veía esa cara de hambre y decisión en su compañera cuando habían sido tantas las veces que lo había rechazado.
Totalmente desinhibida vio a su compañero con otros ojos y pensó que allí en ese preciso momento sería capaz de cualquier cosa...

Pero, de pronto, se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se echó para atrás. El compañero, de repente, tranquilizado (le daban miedo las mujeres decididas), al ver el cambio en el semblante de ella, se hizo más fuerte y, empezó el ataque, como acostumbraba.
Él se sentía fuerte, si la mujer era débil.

8 comentarios:

  1. Ha quedado muy bien chicas. Muchas gracias por participar, en unos días asignamos los números y os avisamos del sorteo de la once que tomaremos como referencia.

    ResponderEliminar
  2. Guauuu... que bien a quedado.... dan ganas de seguir....

    ResponderEliminar
  3. pues si ha quedado genial, me quedo con las ganas de mas... muy bueno

    ResponderEliminar
  4. Me ha parecido muy divertido y la historia promete je,je

    ResponderEliminar
  5. Buenas, quería preguntar sobre el sorteo. ¿Se dieron ya los números?

    ResponderEliminar