domingo, 23 de abril de 2017

El rincón del escritor: Amber Lake nos presenta Estrategias del destino

Un saludo para los lectores del blog Lectura Adictiva. Agradezco a las administradoras que me den la oportunidad de presentar mi próxima publicación. 
Se trata de una nueva edición de Estrategias del destino, la primera novela que publiqué hace casi diez años, pero en una versión revisada, actualizada y ampliada con tres nuevos capítulos finales que completan la historia original. Esta novela es la primera de la serie Los Rawson, y saldrá tanto en papel como en digital de manos de Ediciones Kiwi.
Espero que disfrutéis con las aventuras de Claire y Julian en la Inglaterra de 1818 y con los demás miembros de los Rawson, una familia entrañable y llena de sorpresas.
Os dejo la sinopsis y, después, serán los protagonistas los que tomarán la palabra.

“Cuando crees que todo está perdido, es el momento de plantarle cara al destino.
Tras el fallecimiento de su padre, su única familia, Claire descubre que está arruinada y no tiene ni el techo que la cobija. Ante su precaria situación, decide marchar a Londres para vender las pocas posesiones que le quedan y buscar un trabajo con el que mantenerse. La llegada de unos parientes, de los que desconocía su existencia y que desean hacerse cargo de ella, le supone un inesperado golpe de suerte; aunque pronto comprenderá que se ha equivocado y tiene que huir.
Julian, veterano de la guerra contra Napoleón, es un hombre marcado por su pasado y desengañado del amor, que vive aislado de la sociedad y volcado en sus experimentos agrícolas. Un problema familiar le obliga a ir a Londres, y es allí donde el destino decide unir las vidas de ambos. 

Pero innumerables obstáculos y peligros les aguardan en su camino hacia la felicidad, poniendo a prueba la fuerza de sus sentimientos. ¿Lograrán superarlos?”

Ficha del libro



Los personajes nos hablan de la novela:

Él: Soy Julian Rawson, conde de Heydon, felizmente soltero a mis casi treinta años y vivo, o vivía, muy tranquilo en mi hacienda rural hasta que mi madre, que está empeñada en casarme, decidió hacerme una visita. Que salí huyendo de allí a la menor oportunidad es algo que no me avergüenza reconocer; y lo cual agradezco porque ello me permitió conocer a Claire, una mujer que me atrae y desconcierta a partes iguales. Por un lado, su aspecto desvalido y su actitud temerosa me suscitaban ternura y deseos de protección, sentimientos que nunca creí que volvería a experimentar por una mujer. Pero no confío en ella. Mi intuición, que me ha salvado la vida en más de una ocasión, dice que oculta algo. ¿Qué calla? ¿De qué huye en realidad? ¿Es tan inocente como parece o solo una redomada mentirosa que sabe sacar partido a su bello rostro? Cuando te han traicionado de la forma más cruel, cuesta volver a confiar en unos ingenuos ojos que te miran angustiados. 

Ella: Soy Claire Whitehorne. Mi vida no ha sido fácil y el futuro tampoco se presentaba halagüeño. Me encuentro sola, sin nadie a quien acudir, huyendo de un destino cruel y con lo justo para subsistir algunos meses. Pero soy una persona con recursos y conseguiré salir adelante… siempre que no acabe en la cárcel. 
Ha sido un golpe de suerte el haber encontrado a Julian, un hombre fascinante que me hace vibrar con solo una mirada de sus intensos ojos verdes; lo malo es que desconfía de mis intenciones. Me cree una ladrona y está dispuesto a entregarme a las autoridades. ¿Cómo puedo convencerle de mi inocencia?
 
Frances: Mis disculpas por esta intromisión, pero debo intervenir. Soy la madre de Julian y, aunque es cierto que deseo ver a mi hijo casado, lo que más me importa es verle feliz, y ahora no lo es. Él es un buen hombre que oculta, bajo su serio carácter y sus cicatrices, un gran corazón y mucho amor para volcar en la persona adecuada. Espero que Claire sepa ver más allá de su rudeza y le dé una oportunidad, porque creo que están hechos el uno para el otro. 

Gregory: Si me permitís, yo también quiero romper una lanza en favor de Julian, mi hermano mayor. Siempre lo he admirado, pero tras sacarme del problema que me creó mi propia estupidez, se ha convertido en mi héroe. De todas formas, reconozco que tiene un defecto y es que no sabe tratar a las mujeres. Voy a tener que darle algunas lecciones para que esa linda jovencita que se encontró escondida en su carruaje no se le escape. 

Una escena que abra el apetito:

Y para concluir os dejo una breve escena de Estrategias del destino que os introducirá en la historia. Espero y deseo que, si llegáis a leerla, disfrutéis tanto como yo lo hice al escribirla. 

Julian humedeció un trapo en el agua tibia y procedió a lavar el rostro de Claire, que reaccionó al contacto y gimió. Alentado por la respuesta, continuó aplicándole paños de agua en la frente, cuello y escote.
Algo llamó su atención. Una pequeña bolsita descansaba entre sus pechos. La cogió y depositó su contenido sobre la cama. Monedas, una bonita sortija y una especie de medallón relicario atrajeron su atención. Sin poder refrenar su curiosidad, lo abrió. En él aparecían las miniaturas de dos personas, un hombre y una mujer.
Reflexionó. No creía que esas joyas le perteneciesen. Resultaban demasiado valiosas para ser propiedad de una persona de apariencia tan humilde, lo que sugería que las había robado. En cuanto al dinero, más de doce libras, era una suma importante para una criada, casi el sueldo de un año.
Todo comenzaba a encajar. Se trataba de una ladrona que, al ser sorprendida robando, tuvo que desaparecer por temor a ser detenida, o de una criada que vio la ocasión de expoliar a sus amos y fue pillada en el acto. «Vaya, he cogido a una hermosa ratera», pensó.
Claire volvió a emitir un suave gemido y abrió los ojos. Cuando los enfocó en Julián, emitió un agudo grito de pánico e intentó alejarse.
Él se puso lívido y se retiró un paso. Siempre olvidaba la reacción que provocaba en las mujeres las cicatrices de su rostro; también en las menos refinadas.
—No tenga miedo, me marcharé si lo desea —dijo con voz bañada de amargura.
Claire hizo un gran esfuerzo por disipar los restos de confusión que padecía y agudizó los sentidos. Esa voz no era la de Percy. No estaba en su poder como supuso en un principio. Entonces, ¿quién era ese hombre y dónde estaba? Lo último que recordaba era haber subido a un carruaje atestado de bultos.
Lo miró con ojos temerosos e interrogadores.
—¿Quién... es usted? ¿Es amigo de Percy? —se atrevió a preguntar.
—Me llamo Julian Rawson y creo que no cuento entre mis amistades con ningún Percy; aunque tal vez en el pasado... —se esforzó en recordar.
Claire se calmó un tanto. El hombre tenía una voz profunda y acariciadora que contrastaba con su serio semblante, acentuado por las cicatrices que le marcaban parte del rostro. Si era el dueño del coche en el que se había refugiado, estaría furioso imaginando que quiso robarle.
Miró a su alrededor. La habitación no era muy lujosa, lo que discrepaba con el elegante atuendo y de la mejor calidad que vestía.
Al darse cuenta de que estaba casi desnuda, se ruborizó y se cubrió hasta la barbilla.
—Tranquilícese; he mantenido los ojos cerrados mientras la desvestía —se mofó Julian, lo que provocó que las mejillas de Claire enrojecieran aún más.
—¿Dónde estoy? —preguntó ella con cautela.
—En una posada a unas veinte millas de Londres. He decidido pasar aquí la noche al encontrarla tendida en el interior de mi carruaje.
Claire emitió un suspiro de alivio que a Julian no le pasó desapercibido. Parecía alegrarse de estar lejos de la ciudad. ¿Qué escondía? Tenía que averiguarlo. Si debía entregarla a las autoridades, sería mejor que lo hiciera antes de comenzar a considerar otras posibilidades.
—Por cierto, ¿podría explicarme qué estaba haciendo allí? —añadió con el semblante serio

Desde LecturAdictiva damos las gracias a Amber Lake por la presentación.


2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Anímate a leerla. Hemos publicado la reseña: http://lecturadictivas.blogspot.com.es/2017/05/estrategias-del-destino1-amber-lake.html

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