domingo, 2 de abril de 2017

El rincón del escritor: Teresa Cameselle nos presenta La pesadilla del Sultán

Solo ella podía poner fin a las pesadillas y regalarle un nuevo sueño.
Adnan II, sultán de Bankara, ya no es el hombre que diez años atrás vertió su sangre para vengar a su padre y recuperar la herencia que le había sido arrebatada. Ahora se debate entre el tedio y la frustración, al ver que no puede convertir su pequeño y atrasado país en una de las modernas capitales occidentales que conoció en su juventud.
La llegada al sultanato de un nuevo cónsul español y de su hija será la distracción que precise para recordar viejos tiempos y olvidar sus problemas y los peligros que amenazan su vida y la de su familia.
Beatriz Casanova, sin embargo, no está dispuesta a ser solo el nuevo juguete del sultán. Resignada a su destino de solterona, decidirá entregarse a tan inesperada aventura y sucumbir al cortejo de Adnan, aunque imponiendo sus propias reglas.
Un regreso a la Bankara de La hija del cónsul, a sus calles y bazares, a su lujoso palacio y a la zona prohibida, el harén, donde solo reina la voluntad del sultán.


Ficha del libro




Los personajes:

Adnan II, sultán de Bankara, subió al trono hace diez años, tras ver morir envenenado al anterior sultán, su tío Mehmet, el asesino de su padre. Durante una década ha luchado contra la pobreza, el abandono, y el odio sembrado por Mehmet. Soñaba con devolver a su pequeño país al esplendor de los antiguos sultanes, y hacerlo avanzar hacia el cercano siglo XX, tratando de igualarlo a las capitales europeas que conoció durante sus largos años de exilio. Pero los enemigos se multiplican a su alrededor, lo que le obliga a vivir en un constante estado de alerta, agravado por la frustración que siente ante la incompetencia de su gobierno.

Una noche, un baile, una mujer enmascarada, unos pocos besos en un diván y me tiene siguiendo su pista como un jovenzuelo herido por las flechas de Cupido. Soy el amo y señor de todo lo que me rodea, pero ella está fuera de mi autoridad, y solo puedo traerla a mi lado por la fuerza, completando el círculo y volviendo a ser el joven e incauto iluso que llegó a Bankara diez años atrás, o esperar a que ella se decida a rendirse a sus propios anhelos. Mientras, sigo batallando contra los inútiles que me rodean, un pueblo que me identifica más con mi sanguinario tío que con la herencia gloriosa de mi padre y de mi abuelo, y descubrir con la más honda preocupación que alguien me odia tanto como para atentar no solo contra mí, sino contra mis hijos. Esta es mi vida ahora, en absoluto la que imaginaba cuando planeaba reclamar mi herencia robada, pero quizá aún haya esperanza en el futuro. Recibo un mensaje de mi madre, su invitada ha llegado al harén.

***

Beatriz Casanova, hija de un diplomático español, su vida, tras la muerte de su madre y la grave enfermedad que le arrebató la posibilidad de un futuro mejor, consiste en cuidar de su padre y anhelar la familia que sabe que nunca tendrá. Su inesperada llegada a Bankara la enfrenta a una tierra exótica y sensual, donde las mujeres hablan del sultán como el hombre más atractivo y peligroso del Imperio Otomano. Decidida a vivir una aventura que recordar para el resto de su vida, Beatriz no podía imaginar hasta donde la llevará su osadía.

Ya no recordaba lo que era sentirse bella y deseable, que un hombre te busque en un salón de baile y despliegue todas sus artimañas para quedarse contigo a solas y robarte unos besos. Eso fue hace mucho tiempo, en mi puesta de largo, en Londres. Y ahora sé que ninguno de aquellos elegantes y fríos ingleses tenía ni idea de lo que era besar. Tenía que viajar hasta el límite de otro continente para conocer a un hombre con el que soñaré el resto de mi vida. Si me atreviera a dar un solo paso más, a ser de verdad la mujer decidida y sensual que fingía dentro de mi disfraz, quizá los recuerdos de mi estancia en Bankara sirvan para aliviar los largos años de soledad que me esperan. Me he atrevido a pedirle a la sultana valide que me invite a conocer el harén, es una apuesta arriesgada, pero es la única que puedo permitirme.

Una escena que abra el apetito:

“Adnan se inclinó sobre ella, como un gran felino sobre su presa, valorando si tenía tanto apetito como para devorarla en aquel momento. Extendió una mano y su dedo índice rozó su boca, dibujándola en una caricia tan sutil como seductora. Beatriz tuvo que morderse la lengua para no suspirar rendida.
—Dígame, ¿tiene usted tantas ganas de que la bese como tengo yo de besarla?
—Me avergonzaría responder a esa pregunta.
La mano del sultán bajó por su barbilla y su cuello, acariciando su delicada clavícula, y siguiendo más allá, marcando con su calor el borde de su escote.
—Divina Europa, no se avergüence nunca de sus deseos.
La envolvió entre sus poderosos brazos y la levantó del asiento, depositándola sobre su regazo. Sorprendida, Beatriz se agarró a su cuello. Su boca, ahora sí entreabierta y jadeante, apenas a unos centímetros de la masculina.
Unos segundos antes hablaban de la construcción de aquel palacio, y ahora ella estaba en una posición que nunca se hubiera imaginado, sentada sobre el regazo del sultán de Bankara, a punto de echarse a llorar si él no la besaba de una buena vez.
—Por favor –casi suplicó.
—Querida, soy todo suyo. –Él sonrió, provocador, sin mover ningún otro músculo—. Tome lo que desea.”


 Desde LecturAdictiva damos las gracias a Teresa Cameselle por la presentación.





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