domingo, 29 de marzo de 2015

El rincón del escritor: Elizabeth Da Silva nos presenta Regálame tus besos

Ficha del libro
A sus cuarenta y cinco años y con dos fracasos matrimoniales a cuestas, Leonardo ha perdido la esperanza de encontrar a la mujer que se convierta en su compañera, su amiga, su amante… su todo.

Desde que se divorció, Sofía ha vivido volcada en su trabajo y en sus dos hijos. Pero ha llegado el momento de volver a sentirse mujer, de divertirse, de disfrutar…, en una palabra, de vivir.

Un encuentro peculiar, un hotel, un malentendido y una atracción salvaje unirán a Leonardo y Sofía, haciéndolos vivir una relación intensa y apasionada.

¿Puede llegar a convertirse una aventura de verano en el amor que siempre buscaste?

¿Lograrán salvar todos los obstáculos que se interponen en su camino y disfrutar al fin del amor?

En ocasiones, sin embargo, el único enemigo que te impide ser feliz eres tú mismo.

Introducción de la autora:

El desarrollo de esta novela fue muy curioso, porque estaba en plena corrección de Y llegaste tú cuando, de pronto, surgió en mi cabeza Leonardo, fue algo muy intenso porque lo veía con su caminar pausado y elegante. Suena de locos y lo es, pero a veces ocurre. La historia surgió fuerte y fluida, tanto que la escribí casi con los ojos cerrados. Nunca me había pasado algo así.

Mientras la escribía dos de sus secundarios se colaron en mi cabeza y susurrándome me pidieron su propia historia, lo que convirtió una novela auto conclusiva en una serie, REGÁLAME.




Los personajes nos hablan de la novela:

Presentación del protagonista masculino: 

Nombre: Leonardo Ballesteros. 
Edad: 45 años. 
A qué se dedica: Trabajo en los astilleros de mi familia. 
Dónde vive: En Asturias
Me he divorciado dos veces y actualmente me dedico a mi trabajo. Estoy convencido de que el amor no se hizo para mí, por eso disfruto de todas las aventuras que se me presenten. No engaño a las mujeres las respeto, pero les dejo claro lo que puedo ofrecer.

El protagonista masculino nos habla sobre ella: 

Nos conocimos en un hotel, en un encuentro un poco peculiar y cuando la vi esa primera vez sentí una atracción física muy intensa. La segunda vez que nos vimos la atracción se hizo más fuerte aún, sentí el impulso de besarla. Su boca me atrajo como un imán; fue algo tan visceral que me dejó aturdido y me dejé llevar por esa intensidad.
Sofía es una mujer dulce y apasionada a partes iguales, todo en ella me vuelve loco, pero su boca… eso algo que no puedo explicar.
Es elegante, con su cabello castaño claro besando sus hombros, una piel suave y unos ojos castaños que me recuerdan al caramelo fundido. Lo que me molesta de ella es que o se valore, que marque diferencias entre los dos solo porque mi situación sea más holgada que la de ella.

Él nos cuenta una anécdota o un momento destacable con ella.

Destacables, muchos, pero nunca olvidaré nuestro primer encuentro… y esa lengua rosada lamiéndose los labios mientras sus ojos me miraban detenidamente


***


Presentación de la protagonista femenina: 

Nombre: Sofía Martinez 
Edad: 42 años. 
A qué se dedica: Trabajo en un hotel de cinco estrellas de lujo en la costa del sol. 
Dónde vive: En Estepona
Estoy divorciada y tengo dos hijos gemelos de 19 años, me case muy joven y renuncié a mi sueño de ser azafata de vuelo y viajar por el mundo. Lo único bueno de ese fracaso son mis hijos. Llevo años volcada en ellos y gracias a mis padres y mi hermano no nos ha faltado de nada. Ahora que están en la universidad me doy cuenta de que mi vida ha girado alrededor de ellos olvidándome de mí. ¿Será tarde para disfrutar un poco de la vida?

La protagonista femenina nos habla sobre él: 

Hablar de Leonardo es perderme en los rasgos de su rostro, en sus ojos azules que parecen acariciarme cuando me miran, en su esbelto cuerpo, alto, atlético y elegante. Es un hombre que podría tener a la mujer que deseara solo con chasquear los dedos… yo solo pienso en aprovechar esta aventura y disfrutar con un hombre tan ardiente e intenso, pero al mismo tiempo lleno de ternura.
Me molesta que no vea las diferencias abismales que hay entre los dos, que no entienda que solo podemos disfrutar de una aventura pasajera, una locura de verano. Me intriga ese hombre y deseo conocer más de él, pero al mismo tiempo no quiero que nuestra relación pase de buen sexo entre dos adultos.

La  protagonista  nos cuenta alguna situación vivida con él.

Algo que jamás olvidaré es haber tenido sexo en un coche con 42 años. Una experiencia interesante que debo agradecer a Leonardo, aunque como bien me dijo, comprobé que no es muy cómoda.


Una escena que abra el apetito:

―Buenos días, señorita ―saludó.
Sofía se paralizó al reconocer esa voz profunda, una voz que la torturó en sueños anoche. Se giró y lo miró directamente a los ojos, eran unos ojos amistosos, pero también misteriosos.
―Buenos días, ¿en qué puedo ayudarlo?
―Podría indicarme donde está el aparcamiento del hotel, no lo sé, y me han dejado un coche de alquiler en la plaza 16 de la segunda planta. ―Fue la primera excusa que se le ocurrió; deseaba estar a solas con ella.
―Diríjase a los ascensores y baje a la segunda planta, allí encontrará el coche, no tiene pérdida.
―Preferiría que usted me acompañara ―susurró insinuante.
―Esas no son mis funciones, señor…
―Leonardo, ese es mi nombre ―interrumpió dando un paso más hacia ella―. ¿Y el suyo es?
Sofía empezó a sentir que le faltaba el aire, ese hombre estaba como un tren de mercancías con todos los accesorios, era tan elegante y olía tan bien… a pecado, a eso olía.
―Sofía ―murmuró cada vez más nerviosa.
―Hermoso nombre, Sofía. ¿Me acompañará a buscar mi coche, por favor? ―insistió.
Sentía unas ganas locas de probar esa boca y morder ese labio inferior tal como ella lo estaba haciendo en ese momento.
No sabía que decirle, ese hombre la dejaba sin palabras, su cuerpo vibraba por su cercanía y ella solo pensaba en besarlo hasta que su sabor la embriagara.
―Está bien, sígame.
Natalia regresaba de tomarse un café cuando vio como Sofía y el señor Ballesteros se dirigían juntos al ascensor. «¿De qué habrán hablado y a dónde irán?», se preguntó intrigada.
En el ascensor el aire pareció desaparecer y la tensión se instaló reduciendo más aún el espacio. Sus miradas se encontraron y el calor abrasador del deseo los golpeó al mismo tiempo.
―¿Sabes qué es lo que deseo en estos momentos?
―No.
―Besarte sin parar ―respondió acercando su cuerpo hasta pegarlo al de ella.
Atrapada entre la pared y él, Sofía respiraba alterada, el olor de ese hombre la estaba enloqueciendo, sus sentidos despiertos y expectantes.
―Creo que no sería buena idea ―murmuró cerca de esa boca que se iba acercando cada vez más a la de ella.
―Yo creo que tú lo deseas tanto como yo. ―Su cálido aliento lamió los labios húmedos de Sofía.
―No es correcto, es una locura, por favor… ―suplicó.
―¿Por favor, qué? ―interrogó pegándose más a ella.
Sus cuerpos estaban unidos, solo las ropas obstaculizaban el camino a sus pieles deseosas de tocarse. Se miraron por un tiempo indefinido, pareció detenerse el espacio y todo a su alrededor desapareció.
―¿Por favor qué, Sofía? ―insistió, ya con sus labios rosando los de ella que temblaban.
―Bésame ―sucumbió al deseo.
Con un brillo de triunfo en sus ojos, Leonardo se lanzó a por esa boca y esa lengua que tanto deseaba probar.



 Desde LecturAdictiva damos las gracias a Elizabeth Da Silva por la presentación.








1 comentario:

  1. me gusto muy interesante y a la vez muy pasional la intentare leer me gustara ya lo que lei me gusto enhorabuena...

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