domingo, 30 de noviembre de 2014

Luna de verano, Robyn Carr



Luna de verano, Robyn Carr

Editorial: Harlequin / 1 octubre 2012 ISBN: 9788468709963 Papel: 14,90 € Páginas: 360
Editorial: Harlequin / 27 septiembre 2012 ISBN:  9788468711096 Papel: 9,99 € Páginas: 360
Género: Contemporáneo
Serie: 10º Virgin River

Erin Foley había conseguido dar una vida estable y feliz a sus hermanos pequeños y, a sus treinta y cinco años, estaba padeciendo el síndrome del nido vacío.Así pues, hizo un paréntesis en su vida y se marchó a reflexionar a una cabaña remota (pero totalmente reformada: a Erin le gustaban las comodidades), cerca de Virgin River. Quería dedicar el verano a conocerse a sí misma... y se encontró con un montañés barbudo y desarrapado.Aunque no lo parecía por su aspecto descuidado, Aiden Riordan era médico. Acababa de abandonar el Ejército y había ido a pasar el verano a Virgin River. Enseguida le interesó aquella urbanita guapa y algo quisquillosa que había huido de la gran ciudad y que, enfrascada en sus meditaciones, procuraba mantenerlo a raya. Estaba deseando conocerla mejor si su aspecto desaliñado y la loca de su exmujer no se lo impedían.Quizá fuera el agua de las montañas lo que hacía que en Virgin River hasta los romances más improbables parecieran echar raíces... con un poco de ayuda de sus vecinos,claro.Robyn Carr se supera a sí misma en estas cautivadoras historiasLibrary Journal.





Inmenso, genial, perfecto, maravilloso, ahhhhhh que puedo decir pues que me ha encantado, es que no podía dejar de leer, como puede una autora en una novela no muy gruesa contar tantas cosas, plasmar tantos sentimientos, tantas inquietudes, pues no lo sé pero desde luego que lo hace de forma magistral. Pensaba que la serie iría decayendo pues al revés yo creo que cada vez te engancha más.
La pareja entre Erin y Aiden es preciosa, no son unos jovencitos sino que la vida ha sido dura con ellos, han tenido muchas responsabilidades y demasiados problemas para que piensen que todo es color de rosa, pero cuando se cierra una puerta siempre se puede abrir otra, con ese toque de humor tan típico de la autora porque desde luego su primer encuentro hace que te arranque una risa, hasta el suspense cuando el pasado de Aiden vuelve a ponerle a prueba, intentando aplastar todo lo que ha conseguido o puede llegar a conseguir.

Tratando temas muy controvertidos pero que están a la orden del día, como es el caso de la adopción, la maternidad con un vientre de alquiler, los sentimientos de una mujer tras extirparle el útero siendo joven, el tema de vivir con discapacitados, y el amor en la tercera edad, pues si, a que parece mucho, pues todo esto lo trata en esta maravillosa historia pero de una forma tan perfecta que aprendes, disfrutas y hasta te llega a hacer partícipe.

Me ha encantado especialmente lo nuevo de Art el joven discapacitado con síndrome de down que vive con Luke y Shelby, que se reencuentra con su antigua novia Netta, tan bonito, explicado de tal forma que te inspira una ternura que incluso tras cerrar el libro no puedes dejar de sentir, seguimos además conociendo como van evolucionando el resto de vecinos de Virgen River, con el nexo de unión de siempre Jack y Mel, que para mi son esenciales, y le dan ese toque de continuidad que acompaña a toda la serie.

Es que tiene tanto esta historia que no sabría cómo acabar, porque desde luego, es intensa, pero de rápida lectura, con unos diálogos divertidos, cotidianos, pero que expresan mucho. Son pinceladas que rodean una bonita y tierna historia de amor. Porque desde luego que el protagonista es maravilloso, dulce, bondadoso, detallista, romántico, paciente, comprensivo, guapo hasta aburrir, ¿se puede pedir más?

Se puede leer de forma independiente pero yo desde luego no lo recomiendo porque no te enterarías ni de la mitad, ya que a todos los secundarios los conocemos o a casi todos y a los protagonistas también, aunque solo de pasada pero ya teníamos esa conexión. Por lo tanto mejor seguir la serie por orden y cuando la leáis acabareis tan emocionada como yo.

Con frases que son verdades como templos aquí os dejo un ejemplo decirme si no es verdad “Mi padre solía decir que si pones una alubia en un tarro cada vez que practicas el sexo con tu pareja durante el primer año de relación y luego sacas una por cada vez que lo practicas después del primer año, jamás consigues vaciar el tarro”

Valoración: 9
 
Rosamoni

 

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