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Lágrimas negras, Nieves Hidalgo
Editorial: La Romántica Booket / 9 junio 2015 ISBN: 9788408140559 Bolsillo: 8,95€ Páginas: 320
Editorial: Esencia / 20 mayo 2014 ISBN: 9788408129271 Ebook: 7,99€ Páginas: 352
Editorial: Esencia / 20 mayo 2014 ISBN: 9788408128472 Trade: 17,90€ Páginas: 352
Serie: 3º Los Gresham
Adriana Worthington y Noelia Kendrick son encontradas, en el intervalo de una semana, asesinadas en idénticas circunstancias.
Las pesquisas de la policía apuntan hacia Eugene Bannion, pero su hermana Thara sabe que es inocente y hará todo lo que esté en su mano por demostrarlo. Incluso es capaz de hacerse pasar por la prometida del hombre más desvergonzado de todo Londres para conseguir una entrevista con el juez que instruye el caso.
James Gresham ha salido de la ciudad por asuntos de negocios, pero un inconveniente le obliga a regresar antes de tiempo.
No espera encontrarse con una mujer a la que ha visto una sola vez y que, para su asombro, ha tenido la osadía de hacerse pasar por su futura esposa.
Irritado y divertido a un tiempo, decide seguirle el juego mientras le ayuda a buscar al auténtico asesino del que todo Londres habla. Thara, en su empeño por demostrar la inocencia de Eugene, no se percata de que el barón de Salsbury puede resultar para ella mucho más peligroso que el criminal al que quieren desenmascarar.
JULIO 2014
Tercera entrega de la serie perteneciente a la familia
Gresham. En esta novela conoceremos al hermano pequeño James Gresham, Lord
Saldsbury. Tengo que decir, y lo lamento mucho, que es una de las novelas más
flojas de Nieves Hidalgo. No he sentido ningún tipo de emoción leyendo la
novela, no hay picos de tensión, ni altibajos, toda la historia está en una
zona cómoda y plana. Pero vayamos por partes.
La historia arranca cuando dos jóvenes señoritas son asesinadas de forma brutal y en condiciones extrañas. Las jóvenes aparecen desnudas, con unas lágrimas negras en el rostro y unas extrañas marcas en el pecho. El primer y único sospechoso es un joven, casi un muchacho Eugene Bannion, cuya hermana se lanza a buscar pruebas que exoneren a su hermano. Thara Bannion y sus dos hermanos, son huérfanos, hijos de un antiguo Bow Street Runners. Hasta ahora la simpar Thara, ha ayudado a encontrar perros perdidos y alguna joya, pero no se fía de la justicia y decide investigar en persona. Para ello y dado que no puede acercarse al juez encargado del caso, utiliza a la familia Gresham, haciéndose pasar por la prometida del hermano menor, James. Juntos James y Thara, unirán sus fuerzas para esclarecer el caso, y llevar al verdadero culpable hasta la justicia. En el proceso descubrirán cabos sueltos que incluso han pasado desapercibidos para el juez investigador, el mejor y más eminente de todo el cuerpo.
La protagonista femenina, es una mujer adelantada a su época. La mayor de los tres hermanos, se ocupa de sacar adelante la familia haciendo lo que se le da mejor, trabajando como investigadora. Thara tiene una mente despierta y analítica, pocas cosas le pasan desapercibidas. Conoce el género humano, es observadora, con bastantes dosis de psicología, Además de un agudo olfato para seguir pistas. Desde el primer momento se siente atraída por James, pero la posición social que ocupa tan alejada de Gresham, la convencen de lo inverosímil que sería una relación entre ambos. Visto de esta manera, Thara luchara con ahínco durante toda la novela, para que la atracción y los besos robados no la lleven más allá, a un punto dónde, está segura, acabará lastimada.
Si la protagonista femenina es bastante interesante, no puedo decir lo mismo del protagonista masculino. James Gresham me ha decepcionado bastante. Me dicen que es un libertino. Supongo que tengo que creérmelo, pero yo no lo he visto. Siente atracción por ella y se decide ayudarla a investigar para seducirla. Pero no hay seducción. Y no se trata de falta de escenas de sexo. No, no nos equivoquemos. Nada tiene que ver una cosa con la otra. Es muy de agradecer, que la autora sea coherente con la historia que está narrando y que no me ponga escenas de sexo cada capítulo, simplemente porque es lo que se lleva, da lo mismo que venga cuento o no. No estoy hablando de eso. Hablo de pasión, de sentimientos, de ese desbordar el corazón por los ojos, de ese despliegue de sentimentalismo que nos pone los pelos de punta, que nos acelera el corazón y nos hace suspirar. Mucho me temo, que no he visto nada de eso. James Gresham es como un encefalograma plano.
Los intentos de poner algo de chispa y humor a través de los criados de James, son admirables pero inútiles me temo. Hasta ellos me han parecido desganados. Me han gustado las pequeñas aportaciones de los otros hermanos y las apariciones de las protagonistas de las otras novelas. Incluso en algún momento me han recordado a los hermanos Malory de Johanna Lindsey.
Porque la verdad es que mientras leía la novela, no he podido dejar de pensar en Amanda Quick y sus Vanza. Lagrimas negras me la recuerda mucho, pero sin demasiada gracia y salero.
Yo tengo una manera un tanto personal de clasificar mis libros. Veréis:
Uno, cuando una novela roza lo sublime, cuando no quiero que acabe, y cuando lo hace, estoy en plena catarsis de emoción. En esos casos, los coloco en la balda del medio de mi estantería, para tenerlos a mano para volver a ser leídos, a lo sumo en unas semanas o meses.
Dos, pertenece a la categoría de libros que al llegar a la palabra fin, pienso, oh que bonito, me ha gustado bastante, y lo guardo en los estantes superiores, cerca y a mano por si algún día me apetece volver a leerlo.
Tres, esos libros que cuando lo cierro, lo coloco en los estantes inferiores, probablemente en la parte de atrás porque ya empiezan a ser muchos, y lo olvido al momento, porque no me han emocionado ni interesado y no lo volveré a leer jamás.
Cuatro, es el caso extremo, esos ni siquiera llego a la mitad del libro, y seguramente los donaré o regalaré, eso después de enfadarme por gastar dinero en ellos.
Bien, según mi método, que ya digo es personal y según mi propia apreciación, a Lágrimas negras le correspondería el tercer caso. Por lo que lo habré olvidado en el tiempo que tarde en abrir otro.
Valorarlo también es complicado, pues ni he encontrado una trama novedosa, ni emoción, ni pasión entre los protagonistas, no hay humor, ni escenas sublimes. Únicamente una protagonista interesante y una trama tejida con un misterio.
Valoración: 3
La historia arranca cuando dos jóvenes señoritas son asesinadas de forma brutal y en condiciones extrañas. Las jóvenes aparecen desnudas, con unas lágrimas negras en el rostro y unas extrañas marcas en el pecho. El primer y único sospechoso es un joven, casi un muchacho Eugene Bannion, cuya hermana se lanza a buscar pruebas que exoneren a su hermano. Thara Bannion y sus dos hermanos, son huérfanos, hijos de un antiguo Bow Street Runners. Hasta ahora la simpar Thara, ha ayudado a encontrar perros perdidos y alguna joya, pero no se fía de la justicia y decide investigar en persona. Para ello y dado que no puede acercarse al juez encargado del caso, utiliza a la familia Gresham, haciéndose pasar por la prometida del hermano menor, James. Juntos James y Thara, unirán sus fuerzas para esclarecer el caso, y llevar al verdadero culpable hasta la justicia. En el proceso descubrirán cabos sueltos que incluso han pasado desapercibidos para el juez investigador, el mejor y más eminente de todo el cuerpo.
La protagonista femenina, es una mujer adelantada a su época. La mayor de los tres hermanos, se ocupa de sacar adelante la familia haciendo lo que se le da mejor, trabajando como investigadora. Thara tiene una mente despierta y analítica, pocas cosas le pasan desapercibidas. Conoce el género humano, es observadora, con bastantes dosis de psicología, Además de un agudo olfato para seguir pistas. Desde el primer momento se siente atraída por James, pero la posición social que ocupa tan alejada de Gresham, la convencen de lo inverosímil que sería una relación entre ambos. Visto de esta manera, Thara luchara con ahínco durante toda la novela, para que la atracción y los besos robados no la lleven más allá, a un punto dónde, está segura, acabará lastimada.
Si la protagonista femenina es bastante interesante, no puedo decir lo mismo del protagonista masculino. James Gresham me ha decepcionado bastante. Me dicen que es un libertino. Supongo que tengo que creérmelo, pero yo no lo he visto. Siente atracción por ella y se decide ayudarla a investigar para seducirla. Pero no hay seducción. Y no se trata de falta de escenas de sexo. No, no nos equivoquemos. Nada tiene que ver una cosa con la otra. Es muy de agradecer, que la autora sea coherente con la historia que está narrando y que no me ponga escenas de sexo cada capítulo, simplemente porque es lo que se lleva, da lo mismo que venga cuento o no. No estoy hablando de eso. Hablo de pasión, de sentimientos, de ese desbordar el corazón por los ojos, de ese despliegue de sentimentalismo que nos pone los pelos de punta, que nos acelera el corazón y nos hace suspirar. Mucho me temo, que no he visto nada de eso. James Gresham es como un encefalograma plano.
Los intentos de poner algo de chispa y humor a través de los criados de James, son admirables pero inútiles me temo. Hasta ellos me han parecido desganados. Me han gustado las pequeñas aportaciones de los otros hermanos y las apariciones de las protagonistas de las otras novelas. Incluso en algún momento me han recordado a los hermanos Malory de Johanna Lindsey.
Porque la verdad es que mientras leía la novela, no he podido dejar de pensar en Amanda Quick y sus Vanza. Lagrimas negras me la recuerda mucho, pero sin demasiada gracia y salero.
Yo tengo una manera un tanto personal de clasificar mis libros. Veréis:
Uno, cuando una novela roza lo sublime, cuando no quiero que acabe, y cuando lo hace, estoy en plena catarsis de emoción. En esos casos, los coloco en la balda del medio de mi estantería, para tenerlos a mano para volver a ser leídos, a lo sumo en unas semanas o meses.
Dos, pertenece a la categoría de libros que al llegar a la palabra fin, pienso, oh que bonito, me ha gustado bastante, y lo guardo en los estantes superiores, cerca y a mano por si algún día me apetece volver a leerlo.
Tres, esos libros que cuando lo cierro, lo coloco en los estantes inferiores, probablemente en la parte de atrás porque ya empiezan a ser muchos, y lo olvido al momento, porque no me han emocionado ni interesado y no lo volveré a leer jamás.
Cuatro, es el caso extremo, esos ni siquiera llego a la mitad del libro, y seguramente los donaré o regalaré, eso después de enfadarme por gastar dinero en ellos.
Bien, según mi método, que ya digo es personal y según mi propia apreciación, a Lágrimas negras le correspondería el tercer caso. Por lo que lo habré olvidado en el tiempo que tarde en abrir otro.
Valorarlo también es complicado, pues ni he encontrado una trama novedosa, ni emoción, ni pasión entre los protagonistas, no hay humor, ni escenas sublimes. Únicamente una protagonista interesante y una trama tejida con un misterio.
Valoración: 3
Mary Jo
gracias por la critica, pues yo le tenia ganas pero creo que por ahora no me animo es una lastima porque los dos primeros eran buenos. Desde luego analisis exhaustivo.
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